Segunda Parte.
"Fastidiado" es la primera palabra que venía en mente cuando me preguntaban que cómo iban mis clases de recuperación. A dos semanas de haber empezado, Denisse no hacía más que ponerme tareas y trabajos sin darme respiros entre lecciones. Me hace pensar que ella es una completa S y yo un M sin remedio... O simplemente soy un cateto para la escuela.
-Llegando tarde otra vez, Manuel- dijo Denisse acusativamente.
-¡Lo siento! Esque fui con unos amigos y--- lo siento.
-Es la última vez que te recibo en mi casa después de las cuatro de la tarde. Es molesto que no te tomes enserio esto, además vives a lado- reprochó, y se cruzó de brazos.
-Tú te ofreciste a darme clases.
-Sí porque tu madre me paga. Pero no pensé que fuese tan difícil enseñarte y pedirte que seas puntual.
-¡Soy puntual!
-Son las cinco y media.
-Bueno, no tanto... Prometo que mañana llegaré puntual. No ¡más que puntual!
-Promesas, promesas...
Al otro día, terminando de comer, no esperé a más de las tres y media y tomé camino a casa de Denisse a darle la sorpresa de que esta vez llegué más temprano de lo normal. Cuando toqué la puerta, nadie me abrió por lo que entré por la puerta trasera. "¡Deni!" grité desde la puerta, pero nadie contestó "Tal vez no hay nadie en casa" pensé, mientras me sentaba en la sala a esperar. Al paso de unos diez minutos, escuché que se cayó algo en el cuarto de ella y me asustó, por lo que entré corriendo al cuarto de ella y me encontré con un florero tirado y mi vecina sentada en el piso, con ambas manos esposadas a un poste de la cama y con cinta sobre su boca, lo cual me hizo entrar en pánico y pensar en un ladrón o un secuestrador, pero lo siguiente que vi fue lo que definió la situación: Una revista con imágenes de chicas atadas en el suelo y un texto muy evidente: "DIY"*.
-¿E--es que acaso te lo hiciste tu sola?
No respondió nada, solo farfulló un pequeño "Hmmmf" y su cara se puso roja como tomate. Estaba allí, mirando hacia abajo en vergüenza, vestida sólo con una camiseta blanca y un short de lycra color negro. Sus piernas se veían casi desnudas, sus pequeños pies descalzos me estremecieron y se podían ver sus pechos excitados que no traían brassiere. Nunca la había visto de esa manera, de esa manera tan... Sexy. Estando a punto de una erección mortal, le dije:
-¡No sabía que te gustaban este tipo de cosas eh!- de manera que trataba de ocultar mi nerviosismo.
-¡Hmmf! ¡Mmmh!- exclamó tratando de decirme algo.
-Oh, es que, no te entiendo vecina~-dije con burla en la mirada.
Me miró implorando piedad y siguió tratando de decir cosas, pero sólo la miré. Al verle tan indefensa, mi nerviosismo se disipó y comencé a sentir el placer de verle agitándose eufórica e intentar zafarse, sus pechos se agitaban y sus piernas se mostraban un poco más. Nunca había tenido la impresión de tener el control sobre ella, era excitante, pero no podía dejarle así.
Hasta aqui llego por ahora, :*
-ChicaErotiCursi*
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