Orange Bow Tie

martes, 8 de octubre de 2013

A mi vecina le gusta... ¿Qué? Parte 10 "Introducing: Betsabé"

He aquí la décima parte de esta historia, me alegra que yo misma haya podido llegar hasta aquí, después de que estuve a punto de dropearla. Opiniones se aceptan, me estoy emocionando muy fuertemente con esta pareja ¿Qué sucederá? Enjoy!

Habiendo pasado tres días de haberle visto, le he extrañado más que nunca y me cuesta admitirlo ¿Podré lidiar con ello? Sé que aunque apenas hace un mes no sabía nada de ella y hasta el día de hoy no le conozco muy bien -de hecho no le conozco de nada- puedo decir que pensar en ella no es como pensar en cualquier mujer. Desde aquél día, las fantasías recurrentes que tengo de verle una vez más no tienen límite, pero cada vez que quiero acercarme, tengo miedo. ¿Sentirá ella lo mismo?

Mi padre ayer me ha preguntado que por qué ando tan distraído e incluso me ha regañado por llevar el material incompleto la vez anterior, obligándome a trabajar de tiempo completo de ahora en adelante para "pagar las deudas".

Hoy me ha levantado a las siete de la mañana para empezar a trabajar y me ha dejado a tempranas 9 de la mañana en una ferretería desértica mientras él se ha regresado a dormir. Antes de poder lamentarme, un pequeño Driiiin sonó y era la campanilla que se encuentra al lado de la puerta avisándome que alguien había llegado.

Una de las mujeres más guapas que en mi vida había visto estaba entrando por la puerta e hizo que mi corazón saltara un poco. Lo mejor, que ya le conocía: era Betsabé, la mujer de los sueños mojados de todos los chicos en la escuela.

De mediana estatura y poseedora de una larga y ondulada cabellera negra, sus imponentes ojos color verde enamoraban al que capturaban y labios carnosos al que le escuchase hablar; ir en su mismo salón era un delirio y no observarle era crimen; en clase de educación física era imposible evitar ver su atlético cuerpo de modelo correr por los alrededores de la cancha y dichoso el que lograba tener su atención... Su novio Hugo.

La maldición de las mujeres hermosas es que tengan pareja y sean "fieles" hasta donde se les conozca. Dos años de noviazgo, ser estudiante universitario y un par de brazos musculosos marcaban la diferencia entre él y cualquier hombre normal. Unos meses antes, yo no paraba de coquetearle e incluso me había lanzado a invitarle a salir, pero sólo logré que me pidiera desistir, por respeto a su relación (vaya munga). La única mosca que se me ha escapado. En fin, allí se encontraba ella con un vestido deportivo azul cielo y yo con una cara completamente impactada.

-¡Oh! Hola Manuel ¿Trabajas aquí?- dijo un poco alegre y sorprendida.
-S-sí, algo así- respondí mientras me rascaba la cabeza y lograba espabilar mi mente- estoy ayudando a mi padre con el negocio.
-Oh, genial entonces ¿Me podrías vender un par de sockets para focos?
-Claro Betsy ¿Plástico o porcelana?
-Plástico

En el momento en que di vuelta y comencé a buscar en los estantes de atrás los sockets, ella comenzó a hacerme plática.

-Qué sorpresa realmente verte por aquí.
-Sí, pero mayor sorpresa es encontrarte a ti en este lugar.
-¿Tu crees? de hecho paso seguido por aquí, regularmente compro cosas para mi tío.
-¿Ah sí? ¿De qué trabaja tu tío?
-Pues le hace a todo- dijo, entre risas- es mecánico, eléctrico, fontanero...
-De todo...- dije, riéndome y entregándole los dos sockets- son 40 pesos.
-Sí, así mero- respondió, entregándome el dinero exacto Bueno, me tengo que ir a mis clases de tennis. Ten un buen día Manuel, espero verte pronto.
-Sí, pronto ¡adiós!
-Adiós.

Y pasó a través de la puerta transparente para subirse a un auto. Mis oídos no creían nada ¿Quería verme otra vez? Pudiendo haber sido por cortesía, sólo era cuestión de tiempo para averiguarlo.