Capítulo 2 parte 1, comenten. No hay mucho, enjoy!
La primera semana de trabajo había sido pesada, pero nada que no haya vivido antes. De tener tres trabajos a solo uno, me daba mucho tiempo para trabajar en mi proyecto. Camino a casa en la tarde, tomé el autobús habitual y me bajé en la parada de siempre. Por alguna razón sentí que alguien me seguía. Las calles a esa hora no estaban vacías, pero ciertamente no había mucho movimiento. Volteé a mis espaldas varias veces y, aunque escuché pasos tras de mí, no había nadie <<¿será mi imaginación?>> pensé. Al girar en la esquina de la calle de mis departamentos, una van color blanco abrió su puerta y de ella salió un muchacho, el cual se acercó intencionalmente a mí. Yo intenté correr, pero detrás mío estaba alguien más. Los dos usaban ropa negra holgada, gorras y cubrebocas negros. Era casi imposible ver sus rostros. Ahí fue cuando supe que esta situación no pintaba nada bien.
"Yo--- no tengo mucho dinero, pero llévenselo todo--- mi bolsa entera, llévensela también" dije nerviosa, tratando de negociar.
"Pero querida, no estamos aquí por tu dinero. Sé buena chica y súbete" dijo el muchacho que se había bajado de la camioneta, con una voz profunda y aterciopelada.
Me quedé paralizada. Esto... era un secuestro.
"Preferiría llegar a mi casa primero, caballeros. Luego con mucho gusto podemos discutir los detalles de este encuentro..." dije casi bromeando, sudando en frío, mientras volteaba hacia todos lados, pero no había ni una sola alma a la vista que pudiera ayudarme.
"No te estamos preguntando" dijo el chico que me seguía desde el autobús, denotando que estaba molesto. Tenía una voz más juvenil que la del otro, pero con un toque áspero.
Mis piernas estaban temblando, pero aun así traté de correr una vez más. Para mi desgracia, eran dos hombres más altos que yo, a los cuales les he de haber parecido un gato asustadizo. Ante mi segundo intento de huir, el chico de la voz áspera me jaló del cabello. Yo grité, pero fue entonces cuando con su mano cubrió mi boca y mi nariz. Intenté zafarme, pero sin resultados. Me arrojó dentro de la van y él entró tras de mí; el otro se subió al asiento del conductor y arrancó. A puertas cerradas y en movimiento, ya no había escapatoria, pero aun así traté de pelear con todas mis fuerzas. Logré quitarle el cubrebocas y la gorra, eso lo hizo enfurecer, pero a mí me dejó atónita; aunque no debiese pensarlo en un momento de crisis, vi que era un chico bastante atractivo: cabello castaño oscuro, mullet y dos perforaciones en el labio inferior. También pude observar que tenía varias perforaciones en las orejas.
"¡¿Qué me ves, perra?!" me gritó, empujándome contra la pared de la van. Me golpeé la cabeza muy fuerte en ese momento, lo cual me aturdió. Luego procedió a someterme contra el suelo de la van. Me colocó boca abajo y se sentó sobre mi cuerpo. Agarró mis brazos y los encintó bruscamente, lo cual imposibilitó mi escapada.
"¡Déjame, idiota! ¡Me lastimas!" exclamé, retorciendo mi cuerpo para zafarme.
"¡Deja de moverte o te rompo el hocico!" dijo, tomándome del cabello y alzando mi cabeza.
"¡ME DUEL---!" intenté gritar, pero un pañuelo con cloroformo comenzó a sofocarme.
Después de eso, perdí el conocimiento.
-Cherocu