Orange Bow Tie

domingo, 21 de diciembre de 2014

Te Confieso ~Durante el antes~ "Algo que no quiero olvidar"

Cambiando nombres, misma historia. Sin nada que añadir, enjoy(?)


Las nubes de lluvia que disfrazan el cielo nocturno en este frío diciembre me recuerdan un tanto a Fabián. 

En los últimos años le he preguntado un millón de veces a las gotas de lluvia "¿A dónde se ha ido?" pues no lo he encontrado; mi corazón aún duele un poco por el vacío que dejó un pasado doloroso que no ha sido posible reparar.

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que he perdido contacto con él y me duele saber que se ha ido de mi lado por tiempo "indefinido", por no decir "para siempre".

Preguntas como"¿Estoy negando el hecho de que es justo y necesario soltarlo?" "¿Estoy dejando pasar los mejores años de mi vida esperando por algo que no regresará?" "¿Cómo se sentirá él?"  atiborran mi mente de pensamientos innecesarios y me hacen redundar sin fin en el mismo agujero que me han cavado mis propios pies.

No sirvo para esto. No sirvo para el amor.

Pensamientos de una chicaeroticursi saliendo a presión.


-ChicaErotiCursi*



Te Confieso ~Después de antes~ "La lluvia más extraña".

Fecha de creación: Jueves 26 de junio de 2014
Hola, hola, esta entrada la había pensado publicar desde junio, pero desgraciadamente me había olvidado de este pequeño blog. Mis más sinceras disculpas, o eso creo. Entre "Señora tarde y soledad" la "Historia eroticursi para mi erotinovio" (que en realidad no planeaba añadir a la historia pero lo haré, con cosillas modificadas) y la presente "La lluvia más extraña" hay muchos agujeros argumentales que espero llenar después, aunque por el momento no lo haré y sólo dejaré mis sentimientos fluir. Bueno, sin más que añadir, les dejo este fragmento que espero continuar algún día, en algún momento, algún después de antes. Enjoy!


El día de hoy he decidido ir de compras al centro de la ciudad, me ha dicho la vecina que iba a haber varias ofertas por festividad, así que no me he resistido.

Camino a casa he tomado un atajo poco concurrido para evitar el tráfico peatonal excesivo y una extraña lluvia comenzó a caer sobre mí; he dicho extraña porque a pesar de estar parcialmente nublado, minúsculas gotas de agua caían sobre mis hombros descubiertos. Miré al cielo y me encontré con un arcoíris débilmente formado que observé durante un tiempo mientras caminaba, lo que me hizo estrellar con “la olla de oro”.

Mis ojos no podían creerlo y mi boca se abrió con sorpresa, era Fabián.

Por mi mente pasaron muchas cosas en lo que fue de un instante, pues si fuera un total extraño hubiera comenzado por una disculpa, pero era ÉL. Sin saber qué decir, le miré atónita hasta que él volvió todo marea calma y saludó sorpresivamente con amabilidad.

-Hola Patty.
-Ho-hola Fabián…- contesté tímida fijando mis ojos en el suelo ligeramente mojado.
-¿Será destino? Nos encontramos muy seguido.
-¿Eso crees? Si apenas es la segunda vez desde…
-Pero esta vez es diferente ¿No es así?- interrumpió, mientras alzaba la mirada y cambiaba el tema- Ara, siempre en días de lluvia.
-Así es…- me limité a decir, después del encuentro anterior no deseaba entablar una conversación con él.
-¡Definitivamente, destino!- exclamó él con emoción.
-¿Ahora crees en ello?- contesté extrañada.
-Los años han pasado, Patty- dijo, mirándome lastimosamente.

No, no me mires así.

-Pero yo no he cambiado mucho, a diferencia de ti.
-Sí has cambiado, ahora traes nubes a donde quiera que vas.
-Ése debes ser tú. Sólo llueve para mí cuando tú estás aquí.
-¿Será que juntos atraemos la lluvia? ¡Somos como Dioses de la cosecha!
-O simplemente todo es una coincidencia, como antes solías decir.
-A B U R R I D A- dijo él, entonando cada sílaba con fuerza.
-No soy aburrida, estoy molesta con tu actitud tan positiva en este momento.
-¿Qué hice?
-Aparentar que el malentendido del otro día no ocurrió.


DAMN! Y aquí se queda lo bueno, queridos lectores. A que ustedes no saben ¿qué malentendido? Nya~ nos vemos en la próxima edición de ~Después de antes~
-ChicaErotiCursi*

miércoles, 13 de agosto de 2014

Entering a new project: Light Novel [w/illustrations]

Como tal, he ahí el título de los nuevos dos proyectos que tendré en lo que tengo de este séptimo semestre.
Te Confieso y A mi vecina le gusta ¿Qué? Son aquéllos dos presentes. Tengo esperanzas de empezar con pie derecho este fin de semana de planta. Será casi como hacer trabajo, espero que esta vez pueda cumplir conmigo misma.
Más información vendrá en adelante ¡Sigan sintonizados!

-ChicaErotiPromesas*

miércoles, 16 de julio de 2014

A mi vecina le gusta ¿Qué? ~Historia del pasado amor de Denisse~ parte 1

Historia de Eduardo y Denisse.
Fue una locurilla que escribí en una lluviosa madrugada de verano. Enjoy!

22 de Junio de hace ocho años. Casa de los Jaramillo.


“Dicen que se suicidó en el cuarto de sus hijos”

“¿Enserio? Esa Lidia era una descarada”

“Mira a esos pobres chiquillos, los dejó solos con ese ingeniero patán”

“¿Y quién la encontró?”

“El más pequeño, Lalito”

“Pobre, con el trauma de ver a su madre así... Jamás podrá tener una vida normal”

El velorio de Lidia Jaramillo, más que ser un consuelo para la familia de la difunta, era un ambiente de acusaciones y crueles interpretaciones de los hechos por parte de las vecinas del pequeño vecindario. Sentados en un par de sillas al lado del ataúd, se encontraban los dos hijos de la antes dicha, escuchando cada palabra despiadada que escupían las mujeres que se suponía estaban para dar el pésame. 

-Los comentarios de esas brujas me están colmando la paciencia- dijo iracundo Daniel, el hijo más grande.
-No se puede evitar- contestó sin interés Eduardo, el más pequeño.
-Sí se puede evitar, si no fuera porque mamá nos está viendo, iría y les echaría el ponche encima- gruñó Daniel, sosteniendo un pequeño vaso desechable al límite de ser arrojado.
-Pero no puedes, no se puede evitar- contestó nuevamente Eduardo, aún más apático.

En el otro extremo de la habitación, un inconsolable viudo se encontraba tomando cervezas sin parar, reclamándole a su esposa la partida inesperada y lamentando su terrible situación.

-Mira a papá, sólo está lamentándose allí y gastándose lo que le queda del dinero de la liquidación de mamá...- dijo vagamente Daniel.
-Me da asco. Odio mucho a papá- respondió Eduardo, sorpresivamente enojado.
-¿Enserio lo odias tanto?- dijo una pequeña voz a un lado, lo que hizo a los hermanos saltar de la silla.
-¡Eh! Ah, una niña- dijo Eduardo con los cabellos erizados.
-No es sólo una niña, es la hija de la maestra- contestó Daniel, más informado.
-¡No soy una niña!- exclamó la pequeña con las mejillas sonrojadas.
-No molestes, mocosa- repudió Eduardo.
-¡Mi nombre es Denisse!
-Tranquila muñeca, mejor siéntate- habló avergonzado Daniel.
-¡Jum!- reprochó Denisse y luego se sentó en la silla vacía al lado de Daniel.
-Como te decía, hermano...- comenzó Eduardo- todo es culpa de papá, lo odio.
-No lo odies...- dijo tímidamente Denisse.
-¡Cállate, tú no sabes nada!
-Sí lo sé, mi mamá es igual a tu papá. Ambos perdieron a quien amaban.

18 de agosto de hace cuatro años.

-La pequeña Deni ya entrará a la secundaria, quién lo diría ¡Felicidades!- dijo Daniel, extendiéndole un regalo a Denisse.
-¡Gracias Dany! ¿Qué es?- preguntó Denisse.
-Ábrelo y verás, no lo elegí yo- dijo Daniel, señalando con la cabeza a aquél que se escondía a su espalda con el ceño fruncido.

Emocionada, Denisse rompió el envoltorio para encontrarse con un libro algo grueso.

-¡Wow! Nunca me habían regalado algo así, gracias- exclamó Denisse con emoción y mirando directamente a un evasivo Eduardo.
-Es una lectura interesante con mucho contenido, por eso el tamaño. Esperamos que lo disfrutes- dijo Daniel, al ver que Eduardo no hizo comentario absoluto.
-Si es de ustedes ¡Con más razón! Lo terminaré en una semana sin parar- dijo entre risas Denisse, hojeando el amplio libro.
-Pero Deni, el libro trae una condición de lectura- dijo Daniel, volteando a ver al aún más frustrado Eduardo.
-¡Dime, dime!
-Tendrás que leer un capítulo por semana.
-¿Ehh? ¡Qué aburrido! ¿Cuántos capítulos tiene?
-155- respondió Eduardo entre dientes.
-¡¿QUÉ?! ¡Deben estar bromeando!- exclamó Denisse casi infartada.
-No le hagas caso a don insensible –dijo Daniel tirándole una mirada hostil a Eduardo- Esencialmente tiene 56 capítulos, así que vendrías terminando el libro en un año y un mes, aproximadamente.
-¿Qué pasa con los otros capítulos?
-Ésos puedes leértelos de una sentada, lo importante es llegar al final del 56.
-Sería entonces en Septiembre del próximo año... Vale, acepto el reto.

Cuando la conversación estuvo a punto de darse por terminada, Eduardo codeó a Daniel en la costilla, insinuando que olvidaba algo.

-¡Ouch...Cierto! Otra cosa Deni...
-Dime.
-Por ningún motivo te adelantes al capítulo 56 sin leer los demás o sin haber transcurrido las 56 semanas.
-¿Por qué?
-Es parte del juego- concluyó Daniel con un guiño.

57 semanas después, 24 de septiembre.

-Dany, no quiero terminar el libro, tengo miedo.
-Ya te has atrasado una semana Deni, quedamos en algo- dijo Daniel, frotándose las sienes.
-Si lo termino, todo se acabará...
-Te quedarán otros 99 capítulos.
-¡No es lo mismo!
-Si no lees ese último estúpido capítulo y ves lo que viene al final, Eduardo me colgará de un puente con los órganos hacia afuera.
-¿O...kay? mañana te avisaré si ya pude leerlo.
-¡Gracias!

Día siguiente, 25 de Septiembre.

El sol del medio día estaba en su apogeo cuando Denisse, sosteniendo una hoja de libro arrancada, corría de prisa hacia la casa de los Jaramillo. Jadeando y bufando, con las mejillas rojas y su corto cabello negro hecho una maraña por el aire, tocó el timbre frenéticamente y exclamó el nombre completo de Daniel una y otra vez.

La persona que abrió la puerta sorpresivamente no fue Daniel, sino Eduardo.

-¿Dónde está tu hermano?- preguntó todavía agitada, entrando a la casa sin permiso y echándose sobre el sillón.
-No está, salió con mi papá.
-Oh ¿Puedo esperarlo?
-Sí, pero...- comenzó tímidamente Eduardo.
-¿Pero qué?- preguntó Denisse deliberadamente.
-Eso no lo escribió él- dijo Eduardo, con las mejillas un poco coloradas.
-¿Fuiste tú? Ya decía que la letra estaba muy horrible como para ser de Dany. Hecho, aquí está la página 388 arrancada- dijo Denisse desinteresada, extendiendo una hoja en la que se leía una parte del texto del libro y las siguientes palabras escritas con tinta negra: “Hay algo importante que tengo que decirte, por favor trae esta hoja cuando sea el momento”
-¿Disculpa? Mi letra es la de un chico normal y...
-Bueno, sí ya, ve al grano hombre- interrumpió Denisse, mientras se echaba aire a la cara con la hoja.
-Esto no va a funcionar- dijo frustrado Eduardo- me he colgado un año entero en ese estúpido libro para poderte decir algo que no te interesa en lo más mínimo saber.
-¿Qué?- preguntó confundida Denisse.
-¿Quisieras que te lo dijera Daniel, no? – preguntó Eduardo, sin buscar realmente una respuesta.
-Si me lo tienes que decir tú, dímelo.
-No entiendes en lo absoluto...
-Justo como me dijiste hace cinco años. Si supiera de qué se trata, podré entender.
-Incluso si te lo dijera ahora, yo siempre pensé que al menos intuirías lo que te quiero decir.
-¿Que no te moleste?
-No, no es suficiente. Espera a Dany- concluyó Eduardo, subiendo las escaleras de su casa cabizbajo.

Aunque Eduardo pensara que Denisse no querría escuchar o no entendería, ella realmente se encontraba inquieta acerca de ello: “Si le tomó un año entero para decir algo, no puede ser cualquier cosa” pensó ella, observando esa última hoja de aquél libro que la mantuvo emocionada un año entero. Las palabras cuidadosamente elegidas por él para no revelar ni poco ni mucho, estuvieron allí, esperando a cumplir su propósito. Si ellas no cumplían su propósito, la lectura entera, el tiempo esperando, los sentimientos aplazados, todo habría sido en vano. Ahora ella entendía todo, le dio tan poca importancia a las palabras de Eduardo en ese momento, que había pasado incluso por insensible e incompetente, ignorando lo que desde un principio era obvio.

La puerta del frente se abrió y dos personas entraron: un Daniel empapado de sudor y un hombre en sus cuarentas, los cuales no parecían sorprendidos de verle allí.

-¿Ya te dijo? ¡Dime que sí! ¿O apoco le dio pena? Qué hermano más puñal- comenzó a preguntar Daniel emocionado.
-¿No le ha dicho? ¡Yo no lo eduqué así!- dijo el padre en tono de burla.
-Sí, sí lo hiciste papá.
-Así lo hizo su madre, siempre protegiéndolo de más. Le dije que si seguía así se iba a quedar cuarentón y soltero, pero no me hizo caso esa mujer.
-Perdón... ¿De qué están hablando?- dijo ella, confundida por completo.
-¿Ves? No le dijo- le dijo Daniel a su padre- me debes una comida en donde yo quiera.
-¿Qué? No se vale, yo confié en él ¡Le dije que si le decía le compraría un pastel!
-Viejo mentiroso, siempre dices eso pero nunca lo compras, por eso no le dijo.
-¡¿Qué dices?!

Mientras Daniel y su padre discutían cosas que parecían triviales, Denisse se escabulló arriba de las escaleras y entró a la habitación de Eduardo sin tocar la puerta.

Eduardo se encontraba acostado en la cama con la almohada en la cara, pensando en lo estúpido que había sido y deseando no haberle dicho eso a Denisse y simplemente haber ido al grano. Era tan grande su miedo por ser rechazado que antes de que siquiera ella pudiese realmente imaginarse algo, él ya había dado por hecho que iba a fallar, por eso el estúpido plan a largo plazo, para ver si durante ese tiempo ella entendía lo que él sentía y ella tomaba la iniciativa, o el momento romántico ése de las películas surgía cuando menos se lo imaginara y el asunto del libro se quedase en el olvido. Muchas cosas pasaron por su mente en ese momento en que él pensaba estar solo. 

Denisse por su parte, se sentía extraña al entrar a su cuarto y escuchar la música de su artista islandesa favorita siendo reproducida en la grabadora vieja de los hermanos, siendo que a él le gusta mucho más el rock y siempre criticaba su “aburrido gusto por las canciones de cuna de esa mujer”. Lentamente Denisse se acostó a un lado de Eduardo y le dijo lo siguiente:

-Estoy casi segura de qué era lo que me querías decir, pero espero no estar equivocada. Ahora, que estoy dispuesta a escucharlo todo de ti, quiero que me mires a los ojos y no vuelvas a tener miedo de mí ¿Está bien?

La almohada de algodón cayó al suelo y descubrió los irritados, húmedos ojos azules y nariz llena de mocos de Eduardo, lo que le causó ternura y gracia a Denisse y obligándola a acariciar su también enredado cabello. Mirándola directamente a los ojos y sin rodeos, finalmente dijo las palabras que debió haber dicho un año atrás, pero que aún llegaron a tiempo.

-Me gustas, me gustas mucho Denisse.
-Ya lo sabía, sólo que no lo creí- respondió ella, con una sonrisa enorme.
-¿Yo te gusto?- preguntó él, frotándose la nariz con fuerza.
-Sí, me gustas, Eduardo Jaramillo.

viernes, 11 de julio de 2014

Sueños que son mentiras.

El otro día entre la nostalgia y la imaginación desbordada escribí sin parar, sin principio ni fin, sólo lo hice, quería que él lo leyera. ¿Quién es él? Fabián, aquél que me persigue en mis sueños y la realidad, aquél que me atormenta en mi mente y en cada historia de amor que leo.



Al perfume del champú que usé hoy, recordé la vez que me dijiste "No te quiero lastimar" y honesta yo te respondí "Lo estás haciendo". Las lágrimas amargas que ese día lloré, no son más que residuos de lo que alguna vez fuimos, pero el aroma de esos días, en mi mente perdurará...

Las palabras que definieron los últimos días de extrañarte fueron las de mis sueños ésta mañana. Quedé en mandarte un mensaje a tu número, el cual casi me das antes de mi interrupción. "No te preocupes, me lo sé de memoria" murmuré con una sonrisa lastimosa, a lo que tu rostro no hizo ademán alguno. Te sentaste a mi lado y recargaste tu cabeza en mi hombro, me sentí completa, pero tu no. Se sentó ella a tu lado recargando su rostro en tu pecho y la inconformidad me derrumbó, tirándonos a los tres al frío suelo de una casa conocida.

Los espejos imaginarios de mi habitación imaginaria reflejaban una mujer que parecía ser yo. Miré a un lado y pude verte dormido en mi cama, abrazando la almohada y babeando tiernamente. La expresión en mi cara no era precisamente de alegría, tampoco de tristeza, era simplemente imaginaria, como todo lo que se encontraba en ese sueño. Me acerqué a tu lado y besé tu frente helada, te cubrí con la sábana y recé por tu bien al Dios colectivo. Salí por la puerta de caoba y dejé aquél lugar imaginario para comenzar a caminar hacia el lugar al que llamamos realidad. Sentiste el abandono cuando el frío entró por la puerta que dejé abierta y trataste de seguir mis pasos, pero desapareciste al intentar alcanzarme, pues tu tampoco existías. Dejé lo que quedaba de ese lugar a las bestias dentro de mi mente para que destrozaran cada minúsculo átomo de recuerdo y así poder avanzar al siguiente estado de mi conciencia.

El mundo onírico es cruel y satisfactorio a la vez, descubriendo nuestros deseos y anhelos, torturando al que no posee lo que sueña.



-ChicaErotiCursi*

domingo, 22 de junio de 2014

Hello there, little bird.

Buen día, tarde, noche a todos ustedes. La entrada de hoy refleja un estado mío de pausa en la vida. Quiero decirles que he decidido terminar con mi novio, por lo cual me siento mal. Creo algo irá bien después de esto, la tristeza es momentánea, pasajera. Mi mundo no acaba hoy, así que mañana podré continuar.

Lo que acabo de decir es mentira, sí voy a chillar como becerro, voy a dejarme morir un día y me preocuparé menos por lo que ocurre a mi alrededor y atascarme entretenimiento en mi computadora, como la rata enjaulada que soy.

Ahora ¿Qué? no quiero evadir la realidad pero es lo que estoy haciendo. ¿Puedo evadirla? ¿Quien me niega hacerlo? Yo. Yo solita me he negado el privilegio de muchas cosas por el qué dirán y la verga. Pues adivina qué hermana, yo ya saldré del hoyo que todos ustedes me han cavado para cavar el mío y pudrirme ahí si quiero. Me gusta dibujar, me gusta comer, me gusta escribir y me gusta mi computadora. Puedo vivir de ello en tampico, mañana mismo me voy de ser posible.

La neta huir es mi especialidad ¿Qué puedo decir? ¿Qué me atreveré a decir? nada, porque me vale una coña todo en este momento. Soy una persona pasiva y aburrida, gracias hermana por recalcarlo, pero así es, así me ha gustado vivir siempre, dependiendo de los demás, pero ya he madurado un poco, puedo estar sola, completamente sin nadie y decir que puedo salir adelante, mi autonomía se refleja en lo que hago sola, y yo hago muchas cosas sola hermana. Hago más de lo que te imaginas y si he decidido tomar estas decisiones de dependencia es porque puedo, pero yo también puedo estar sola. Es una bendición que puedo hacer lo que quiera porque estoy viva, nada me detiene, ni siquiera tu ni mi madre ni nadie. A partir de hoy haré las cosas "más activas". Aunque la neta prefiero morir.

La neta ¿a quién engaño? Soy una basura y no haré nada por mi vida, soy un fracaso y moriré sola mantenida de mi mamá y de mi papá por el resto de la vida de ellos, luego me le pegaré a mi familia restante a que me den asilo y moriré así, en el sillón de mi hermana, mientras duermo.

Qué fracaso es mi vida, no he logrado nada importante y creo que no lo haré, no quiero hacerlo, quiero morirme y desaparecer de este planeta tan deprimente. Que disfruten de las maravillas otros, que yo ya no estoy para eso, he vivido lo que quiero vivir y me vale una coña todo lo que me quede por hacer.

-ChicaErotiEmo

miércoles, 18 de junio de 2014

A mi vecina le gusta... ¿Qué? pt. 14

He aquí una parte más, no tengo mucho que decir, sólo disfruten!


Ahí estaba Marcos, el prepotente y “carismático” subjefe de clase y el segundo más inteligente después de Denisse por un 0.1 de promedio. Un mamarracho de primera forrado de dinero como él en una colonia como ésta ¿Por qué? No puedo dejar de pensar en que hay algo sospechoso, más por el hecho de que estaba platicando tan plácidamente con Denisse. Los observé detenidamente desde la entrada de mi patio trasero, donde no era fácil que me vieran y noté cómo aquélla sonrisa de felicidad que ella me había mostrado antes se dibujaba en su rostro nuevamente, pero con él. No podía escuchar lo que decían, pero parecía que apenada, le comentaba qué había sucedido hace poco en casa de los vecinos y trataba de ocultar su pecho mojado con la bolsa donde tenía sus cosas de la alberca. Parecía una mujer normal. Me desilusionó saber que lo de instantes atrás conmigo había sido algo que él podía tener sin esfuerzo alguno más que poner su carota de imbécil frente a ella y fanfarronear un poco.

No aguanté aquél ardor que emanaba mi pecho y recorría las venas que conectaban mi expresión disgustada y mis puños cerrados, por lo que impulsivamente decidí “sutilmente” pasar junto a ellos, saludar y meterme dentro de mi casa para que él me viera y, tal vez, pensara cosas.

-Hola, Marcos- saludé hipócritamente.

-Hola… ¿M--Miguel?- me miró desconcertado de una manera fingida.

-Manuel, Manuel Carballo- contesté, conteniendo mi ira.

-Oh, sí, Manuel. Bueno, Denisse, si gustas espero aquí afuera a que me prestes los apuntes de biología- dijo, ignorándome por completo.

-S—sí, claro que sí. Deja tomo un baño y te lo entrego en seguida.

Me sentí tan impotente e ignorado que quería arrancarle la cabeza y patearla fuertemente, pero tan solo me di la vuelta y guardé mi coraje hasta que regresé al patio de mi casa y descargué mi furia contra mi humilde balón de fútbol, el cual en mi mente lucía justo como su estúpida cara. ¡Es increíble! Me repetía a mí mismo sin saber qué era éste otro sentimiento extraño que sentía. Me di a mí mismo el día después de casi destrozar el balón y darme un profundo baño de agua tibia.

Al otro día me levanté con el clima fresco que emanaba la lluvia acompañada de una jaqueca increíble, no pude dormir bien en la madrugada, cortesía de los redundantes pensamientos acerca de Denisse y Marcos.

Era la una de la tarde y decidí que, por la lluvia, lo mejor que se podía hacer era navegar en internet. Lo primero que hice al encender la computadora fue acceder a Facebook y aburrirme, pero después simplemente pasó por mi mente ver pornografía. Al acceder al portal de google, la curia me mató y escribí: Bondage. Una serie de páginas aparecieron en mi pantalla, todas con títulos extravagantes (como siempre) e hice clic en una de las primeras, la cual decía en el encabezado “Girl in bondage video”. Al hacer clic en el link, me encontré con un video de una chica siendo amarrada y amordazada fuertemente, me atreveré a explicar con detalle qué clase de video fue y cómo es que al mirarlo no pude dejar de pensar que esa podría ser Denisse y yo pudiera ser aquél hombre que la amarraba.

Al principio del video aparecía una mujer la cual, en mi fantasía, se apreciaba como Denisse. Vestía una camisa blanca ceñida con un pañuelo color rojo en el cuello y una falda de secretaria acompañada de unas medias oscuras y zapatillas muy altas; al parecer se encontraba anotando cosas en una computadora cuando el aparente jefe, ahora con apariencia como la mía y vestido de camisa y pantalón de vestir, entró por la puerta exclamando cosas en inglés, por lo que pude lastimosamente descifrar que hablaba de que ella le había hecho un fraude o algo por el estilo (una historia muy simple e irrelevante en realidad) y rápidamente él se encimaba a ella y sacaba cinta adhesiva gruesa y transparente para no dejarla irse. Comenzó por quitarle su pañuelo rojo y metérselo en la boca (lo cual rellenaba muy bien sus mejillas) para que dejara de gritar, luego aplicó la cinta adhesiva y sin importarle, se la enredó alrededor de la cabeza e invadiendo el cabello. Después le envolvió las manos, los tobillos y las rodillas para que fuese difícil de escaparse. Salió de la habitación y volvió con muchas cuerdas en las manos. Posteriormente le amarró los codos, arriba y debajo de los senos, terminando con una cuerda apretándole la entrepierna a la cual él parece que llamó crotch rope. La secretaria en incontables veces trató de resistirse, pero la abrumadora fuerza del hombre la superaba. Cuando terminó con ello, le subió la falda por completo y desabotonó la camisa, dejando su ropa interior a la vista. Entre ella más se movía y gemía, yo me estremecía más. Estaba siendo torturada, pero a la vez sentía placer cuando la cuerda en su entrepierna se apretaba más o cuando él le tocaba los senos o las nalgas. Mi naturaleza no limitó mis ansias de tocarme, hasta que me di cuenta necesitaba ir al baño con urgencia.

Fue después de ese y otros videos más de lo mismo cuando me vino a la mente la idea de amarrar a Denisse en cuanto pudiera. Tomé mi móvil y comencé a escribir un mensaje de texto hacia ella muy directo y simple.

“Hola ¿Qué haces? Me preguntaba si podía ir a tu casa, tengo en mente algo interesante para ti”

Al paso de una breve espera, recibí respuesta:

“Ok, no me hagas esperar mucho”

Al leer eso, mi corazón no pudo latir más fuerte y de inmediato me dirigí a casa de la susodicha. Al primer toque de la puerta me abrió rápidamente y al ver que estaba mojado, me extendió una toalla pequeña. Luego me preguntó por el mensaje.

-¿Qué tienes para mí que me pueda concernir?- preguntó tajante.

-Qu—quería saber si podía...- dije yo con miedo de ser rechazado, pero con la frente en alto le miré a los ojos y continué- amarrarte otra vez.

-¿Era eso?- dijo y me miró con una ceja levantada.

-Sí- respondí, con las manos sudorosas.

-Lo hubieras dicho antes- contestó, luego de que se giró y subió las escaleras haciendo ademán de que la siguiera.

No podía creerlo, pero realmente ¡ella había accedido tan fácil! Me sentía aliviado y la sensación de apretón en el pecho se quedó como cicatriz bastante rato. Al entrar ambos en su habitación le pregunté primeramente por su madre:

-¿Y tu mamá?

-No está, como siempre. ¿Sabes hacer ataduras?

-No sé qué tan bien, pero puedo probar.

-Bueno, aprovechando que quieres seguir con lo de la vez pasada, quiero hacer hincapié en que esto no es un juego y que durante la sesión hay algunas palabras que actúan como reglas básicas: respeto, confianza y discreción. El respeto mutuo entre las dos partes, tanto de su cuerpo como de su integridad. Confianza para dejar en manos de uno la seguridad del otro y viceversa. Discreción ante las demás personas que ambos conozcamos acerca de éstas prácticas. ¿Alguna duda?

-Ninguna en absoluto.

-Bueno, entonces con éstas cuerdas quiero que me muestres qué tan bien puedes amarrar las manos.

-Okay, pon tus manos.

Ella las extendió hacia el frente, pero le pedí que mejor en la espalda (como observé en los videos). Comencé un poco nervioso, pero hice un trabajo decente. -Lo hiciste regular, lo apretaste mucho.

-¿Lo quito?

-Mejor continúa con los pies.

Al recibir su indicación, de inmediato continué con los pies.

-Te salió mejor ahora- dijo, probando las cuerdas- ahora—



-Te pondré algo en la boca- interrumpí, tomando el liderazgo.

-... Creo que podría ser incómodo- contestó ella. Pude observar que se encontraba un poco nerviosa.

-No te preocupes, seré gentil- respondí yo, tomando una de las mordazas de bola que había a un lado.

-N—no, está bien así- espetó, agitándose un poco.

-Anda- dije yo, acercándome a ella y poniendo la mordaza en su boca y apretándola firmemente- ¿Ves? Perfecta.

En respuesta ella intentó decir algo, pero fue inútil. Sin darme cuenta, mi pene ya se había levantado de nuevo y ella lo estaba viendo, con las mejillas enrojecidas.

-¡Lo siento!- exclamé avergonzado, tratando de esconder lo que sucedía.

Ella sólo movía la cabeza insinuando que no había problema. Cuando estuve a punto de desatarla para evitar llegar más lejos, un mensaje de texto llegó a su celular. Los ojos de Denisse se abrieron en sorpresa y comenzó a agitarse rápidamente para zafarse, aunque para su desgracia no pudo, por lo cual tomé el celular que se encontraba en la cama y leí el destinatario: Marcos.

“Estoy bien, ya terminé de rectificar apuntes ¿Cuándo paso a devolverlos?”

Cuando leí eso, la furia que una vez había reprimido volvió a tomar control. Arrojé el celular de vuelta a la cama y me acerqué a Denisse.

-¿Continuamos?

Denisse se veía un poco nerviosa acerca de ello, pero asintió. Con las manos casi temblando del coraje, tomé una bufanda en mis manos y le tapé los ojos a Denisse. Luego le amarré los codos y rodillas como también había visto en otro video. Comenzó a agitarse mucho y apenas pedir con balbuceos que le quitara las cosas, creo que había ido un poco lejos.



-ChicaErotiCursi*

El día de los sueños interminables.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches y los que le sigan por ahí. Para mí son buenos días hehe, esta es otra entrada acerca de mis sueños bizarros y, la verdad, no los entiendo para nada.

Primer sueño: mis recuerdos son vagos, pero puedo recordar a Marxine (nombre clave) y a mi hermana, ellas como que estaban peleadas por que Marxine se había ligado a un profesor, que extrañamente lucía como el de un dorama coreano que estaba viendo la semana pasada "Love Rain". Marxine y yo estábamos ubicadas extrañamente en la casa de otra amiga mía de la secundaria, en el cuarto de visitas y yo le preguntaba que cómo había conocido al profesor, a lo cual ella contesta que él le empezó a mandar mensajes y al parecer el la acosaba o algo por el estilo y ella decía que no le gustaba, pero sin embargo ella le mandaba fotos de ella desnuda, voluntariamente. Al momento de estarme platicando las cosas, ella se acercaba mucho a mí, casi a mi boca de hecho, como si me quisiera besar y yo le decía que no hiciera esas cosas porque cuando uno está soltero se le antojan... extrañamente yo la quería besar... pero no lo hice.

El segundo sueño: me encontraba yo en mi casa de Xalapa, que en ese momento se había vuelto un estudio de tatuajes. Mis amigos se encontraban allí, por supuesto atendiendo, aunque no podría yo decir qué amigos, sólo que eran de Tampico, tal vez una de esas era una tatuadora que conozco que se llama Alexa. El nudo comienza en el momento en que yo vengo saliendo del baño en toalla y mis amigos deciden salir, por lo que yo tengo que hacerme cargo del changarro y quedarme allí hasta que ellos regresen, tarea que no sonaba difícil hasta que empezaron a llegar personas a pedir tatuajes, consejos, cita, etcétera. Me parece recordar que los primeros clientes fueron un poco simples, pero luego llegaron otros, era un papá (que por cierto al entrar me vio desnuda porque se me cayó la toalla) con unos cuatro hijos y me pidió que buscara en internet las imágenes que se iba a tatuar su hijo el más grande. Eran unos personajes de un juego online (WOW o LOL, no tengo idea) y resultaba que se quería tatuar los personajes porque iba a salir la película del juego online y quería mostrarse devoto o algo por el estilo. Me puse a buscar en la computadora vieja con windows 98 y no encontré nada, aunque tuve dificultades con la computadora porque yo la desconocía por completo y tenía abiertos juegos y así, era un pedo. Le dije al señor que no encontraba la imagen que me pedía y que la neta yo no era la tatuadora, finalizó el sueño sin darme mucha cuenta.

En el tercer sueño: Yo me encontraba caminando hacia mi casa y me saludaba un chavo que al parecer estaba guapo y me seguía hasta mi casa, yo no lo reconocía a él pero yo sabía que él sabía quién era yo y al parecer le gusté, caminamos todo el rumbo platicando de alcohol y fiestas, al parecer yo sentía que lo conocía de algún lado... y fin.

Recuerdo vago de otro sueño: yo iba al cine o algo por el estilo en Tampico en donde había una fila interminable y me encontraba con unas amigas de allá, primero con unas que son gorditas y luego con otras que no son tan mis amigas, sino que más conocidas de mi salón y las últimas me invitaban a una fiesta a la que yo tenía que llevar doritos nachos.

=Restos diurnos, posibles explicaciones y más=

Debo aclarar que no entiendo ninguno de estos sueños y no soy lesbiana, já.
Lo de la relación de mi hermana y Marxine puede deberse a que anoche vi que a Marxine le gustaba una publicación de mi hermana en facebook, pero realmente creo que me dio celos ver que ella le presta más atención a las publicaciones de mi hermana que a las mías y pues el deseo de querer que ella me quiera más ¿quiero que me desee más?

Lo del cine y mis amigas no entiendo por qué estában ellas, pero sí por qué me encontré a las que no son mis amigas pues, una de ellas trabaja en un cine y hace poco me enteré de que una conocida también trabaja en el cine.

Lo de los tatuajes puede ser por que me puse uno de agua en el pie y ayer me lo quité, además hablé con mi hermana de personas de Tampico y probablemente en todo el contenido de mis sueños principalmente tenga que ver con que extraño Tampico.

En fin, no quiero pensar más en eso, pero ahí lo dejo para después.




-ChicaErotiCursi*




sábado, 24 de mayo de 2014

Un sueño arrepentido.

Muy buenos días, hoy, como otros días he tenido un sueño que me ha dejado con la incógnita de ¿Por qué soñé éstas cosas? Así que he decidido interpretarlo. Por lo mientras sólo dejaré el sueño, la interpretación la haré más adelante.

Primero, estaba en la casa de mis abuelos. Todos mis primos estaban allí, mis tíos, mis hermanas, mi mamá. Al principio todos estaban en la antesala excepto yo, que estaba en el comedor, pero luego comenzaron a ir a donde yo estaba y solo se quedaba mi tío Juan Carlos en la antesala. Resultaba que iba a haber un intercambio de regalos entre mis abuelos y la familia de mi tío Juan Carlos. Lo que mis tíos le iban a dar a mis abuelos era una tablet (la cual yo pensaba quedarme una vez hecho el intercambio) y lo que mis abuelos le iban a dar a mis tios no supe qué era. Cuando mi tío vio que todos fueron al comedor, me preguntó a mí que por qué se habían ido todos para allá a comer y no comen en la antesala. Yo le respondí, que, al observar el ambiente, pude ver que los gatos de una de mis tías tenían su cochinero de la caja de arena, también había agua regada por todas partes y mi gata también estaba involucrada. Cuando vi, había una llave del agua abierta (la cual asumí que habían abierto los gatos) y la cerré. Luego fuimos al comedor todos.

Segundo, iba a una universidad, la cual aparentemente era la UAT, era un festival de la escuela, como para llamar o atraer nuevos estudiantes. Íbamos Pamela (mi hermana), Jorge (mi exnovio y amigo) y yo en un bus. Pamela se bajaba primero, después Jorge y al final yo. Jorge se encontró con Jocelyn y se quedaron en algún club de ejercicio o algo por el estilo. Cuando yo entré a uno de los salones, vi que era de la carrera de Técnico dental, la cual, en mi mente, estudiaba Etna. Pamela ya estaba allí, parecía una clase y me quedé escuchando, primero quise entrar a la clase, pero opté por sólo quedarme como oyente. Terminando la clase decidí entrar a la carrera, en un año después de terminar la carrera de psicología. Al salir, Pamela se quedó atrás y yo seguí adelante. Me subí a un bus que me llevaría a mi casa, pasé por donde Jorge y Jocelyn y pensé que qué bueno que se divertían todos, me hacía feliz.

Tercero, luego de un rato estar en el bus, el susodicho al que llamo Fabián se subía. Yo lo miraba desconcertada, verlo para mí era casi un sueño, una emoción interna, como si hubiera visto al amor de mi vida. Se subía con otras personas, pero al final él se sentaba con un amigo suyo, él estaba pegado a la ventana y su amigo en el lado del pasillo. Él me vio también y observamos ambos si no había nadie sospechoso en los otros asientos. Luego vi dos personas al frente mío que podían ser sospechosas pero me valía coña. Le hablé así bajito para que nadie escuchara y nos echábamos muchas miradas. Quise mandarle un mensaje pero no traía saldo (de hecho no traigo u.u) así que le pregunté por su celular, hizo señas de que no lo traía. Lo miré y quise invitarlo a salir, tener sexo con él, lo que sea, un contacto con él. Terminé bajándome en donde yo vivía y las dos personas del frente (las sospechosas) me preguntaron por Fabián y su amigo, que a cuál le echaba yo el can, por que ambos eran unos mujeriegos, más el otro, que creo que era Irwing(un amigo de Fabián que me quiso ligar una vez) y luego me preguntaron qué asuntos tenía con Fabián y ya les conté cosas de él y mías pero les mentí un poco, haciéndolo ver que no estaba tan pendeja por él como en realidad estoy. Hablábamos de la novia de Fabián también, no me permití a mí misma ser hipócrita y decirles que ella era bonita, en realidad la odio. Finalmente llegábamos a una casa, eran como unos departamentos. Me subí con ellas y resulta que una habló de tener novios adultos y yo me quedé así de EHHH y luego le dije que conocía a alguien que también le gustaban los muy viejos y luego al mirarla a la cara se me figuraba a la prima de Luis, mi novio pero más delgada. Luego la otra chava se me figuraba un CHINGO a la hermana de Luis, Mayra y luego me daba cuenta de que eran ellas dos. La prima de Luis aceptaba ser ella, pero Mayra decía que no era ella, que ella era Laura, la otra hermana de Luis que está embarazada, pero supe que no era ella porque no tenía la panza de embarazada. Al final me espanté por haberles contado todo lo que les conté y pensé "esto es un sueño, es una pesadilla" y luego de eso me levanté.


Aquí termina mi perturbador sueño, espero poder descifrarlo pronto.

-ChicaErotiDreamer**

viernes, 2 de mayo de 2014

A mi vecina le gusta... ¿Qué? pt.13

Estoy muy emocionada por esta nueva parte de la historia, siento que esta vez pude poner un poquito más de mí, como si hubiera endulzado un poco las cosas. Fue divertido escribir todo el pedazo así que ¡disfruten mientras comen un poco de helado como yo! 


A partir de que mi querido padre encontrara un poco de compasión por mí y mi rendimiento físico que disminuía día con día, una semana antes de terminar las vacaciones me ha dado mi merecido descanso con una paga razonable(después de echarle los ojos de perro hambriento a mi madre para que le convenciera). Valorando el dinero con lo que me queda de alma, el viernes de ésa semana he decidido inscribirme (a sugerencia de un amigo) en el gimnasio cerca de mi casa para comenzar a "definir" mi cuerpo.

Llegando al enorme gimnasio después de una larga caminata bajo el sol, no pude evitar detectar la fresca piscina techada e imaginariamente tirarme un clavado dentro. Al acercarme a la orilla, he visto una hermosa mujer salir del agua y agitar su largo cabello mojado. No pude evitar verle su esbelto y curvado cuerpo con unas nalgas bien paradas y piernas torneadas... justamente parecidas a las de alguien que conozco. Modelaba un traje de baño turquesa, de una pieza y con la espalda descubierta que le daba un aire reservado pero sexy a la vez. Para mi sorpresa al acercarme a ella, su mismísima cara me lo dijo todo: era Denisse.

-¡Oh! hola...- dijo ella sorprendida, mientras apenada tomó una toalla rápidamente y se envolvió por completo el cuerpo.
-Ho--hola, qué sorpresa- contesté yo, escondiendo la erección que iba a delatar mi emoción de verla- ¿n—no traes lentes… hoy?
-Son de contacto.
-¿No es peligroso usarlos en la alberca?- pregunté, tratando de no mirar su cuerpo.
-Regularmente uso protectores, pero hoy los olvidé. En fin, ¿Qué haces aquí?- dijo, mientras se sentaba en una silla.
-Vine a inscribirme a éste gimnasio- contesté orgulloso.
-Ya te diste cuenta que no le haces a los estudios y ahora entrarás al bodybuilding ¿verdad?
-Muy graciosa- contesté, al mismo tiempo que esbozaba una sonrisa sarcástica-¿Y tú, qué haces aquí?
-Vengo a nadar aquí desde hace unos años. Ya es rutina, supongo.
-Oh…

Luego de que dijo eso, no pude evitar recordar lo bien que se veía su cuerpo al salir del agua y mis instintos atacaron otra vez. Tuve que irme y me despedí lejana y rápidamente de ella, lo que la dejó desconcertada. Una vez que terminé los preparativos de la inscripción, me la encontré de nuevo en la puerta de salida, usando como de costumbre su aburrida ropa; los inconfundibles lentes de pasta cuadrados, una camisa de manga corta color azul cielo, un capri holgado beige y unos zapatos del mismo color.

-Oh, hola de nuevo Deni ¿vas hacia tu casa?
-Es Denisse-respondió tajante como de costumbre.
-Cierto.
-Sí ¿tú también?
-Mhm- asentí, un poco nervioso- vamos.

El camino fue relativamente corto, aunque incómodo. Las manos me sudaban y mi mente estaba hecha un desastre, las palabras no venían a la mente como para sacar un tema de conversación adecuado al momento.

-Ya falta menos de una semana para terminar las vacaciones, ¿verdad?- dijo ella con una sonrisa en la cara.
-Así es, te ves aliviada.
-¡Já! Aliviada es poco. Tantas vacaciones se vuelven pesadas y no soporto estar mucho tiempo sin deberes.
-Muy al contrario de mí, no disfruto los deberes en absoluto. Prefiero salir con mis amigos o de paseo.
-Qué suerte que tú sí tienes con quién salir…- dijo un poco nostálgica.
-¿Qué hay de Carmen?- pregunté, pues regularmente pasan tiempo juntas en la escuela.
-Es diferente, desde que está enferma, no la veo más que en la escuela.
-Oh, eso no suena bien. Lo siento.
-Es innecesaria tu disculpa, pero supongo que gracias.

Su rostro mostró una tristeza distante, pero que pronto recuperó su brillo cuando estábamos a unos pasos de nuestras casas.

-Finalmente, el sol me está matando- dijo ella, frotándose la frente.
-Lo sé- contesté yo, casi jadeando del calor.

Instantes después, alcancé a ver que a Denisse le iba a caer un chorro enorme de agua justamente en la cara y grité “cuidado”, pero ya era demasiado tarde: los pequeños vecinos de enfrente habían rociado con el agua de manguera el cuerpo entero de Denisse. Su rostro sorprendido era tan hilarante que me reí a carcajadas sin pensarlo. Ella, al ver eso, corrió hacia los gemelos de 9 años y les quitó la manguera justo para rociarme de agua de la misma manera y así comenzar una batalla.

Cuando nos dimos cuenta, ya había pasado una hora y los 4 ya estábamos más que empapados y bañados en lodo del patio vecino. Cuando llegó la madre de los gemelos del supermercado, estaba muy enojada, y no paraba de gritar “¡¿Dónde carajos está su hermano Valentín?!” “¡Discúlpense con Denisse y Manuel! Pequeños sinvergüenzas” entre otras cosas. Denisse y yo sólo nos quedamos callados y antes de hacer más grande el conflicto nos fugamos al patio trasero de mi casa.

-¿Estás bien?- pregunté un poco consternado, pero a la vez feliz.
-Sí, eso creo ¡fue muy divertido!- dijo ella emocionada.
-¡Lo sé! Jamás te hubiera imaginado haciendo eso.
-Ni yo. No acostumbro hacer este tipo de cosas… Creo que un poco de espontaneidad no está mal de vez en cuando.
-Claro que no, siempre es justo un poco de diversión - contesté mientras, descansando, le miré inconscientemente su cuerpo mojado recargado en la pared de mi casa. 

Debo admitir que al principio no pude evitar ver sus –no tan pequeños- pechos parados, pero luego vi algo más profundo: su cabello negro despeinado y sucio, la ropa que solía ser de color claro que ahora era completamente café y un zapato en la mano derecha. Todo eso que, más que verse mal, era bellamente natural. Nada como la estirada imagen regular que tenía de ella, lo cual me tenía embobado, loco, completamente perdido en ella: su sonrisa… su radiante sonrisa de alegría acompañada de unas enrojecidas mejillas y enormes ojos cafés que brillaban con la luz del sol. Todo eso para mí nada más.

-Denisse- dije yo, con el pulso acelerado y las palabras atrapadas en mi garganta a punto de reventar.
-¿Sí?- dijo ella, sin tener idea de lo que me iba a ser tan difícil confesar.
-Estoy… yo…mmm… no sé cómo decirlo.
-Dímelo rápido, recordé que tengo que hacer algo- dijo ella, mirando el reloj en su muñeca (tan anticuada).
-Nada, no era nada- dije yo, cobardemente.
-Dímelo- contestó seria y mirando justo dentro de mi alma.
-Que te ves graciosa llena de lodo- mentí, mientras mi cerebro se daba fuertes golpes en las paredes de mi cráneo.
-Ah, sí. Tú te ves igual de estúpido que siempre, tal vez ligeramente más que de costumbre. Nos vemos- se despidió, secamente.

La vi avanzar y yo, un poco distante, la observé irse hacia la calle donde, no imaginé que se encontraría con alguien tal vez más importante que yo.


Finalmente terminando éste pequeño pedazo, debo comentar que en el próximo encontraremos a un Manuel un poco más... ¿celoso? Incluso yo comenzaré a descubrir la parte de él que es posesivo, sin connotación negativa, claro.





-ChicaErotiCursi*


martes, 22 de abril de 2014

A mi vecina le gusta ¿Qué? pt. 12

No tengo idea de si así es como debería continuar la historia, pero ¡prometo momentos alegres más adelante! Debe ser culpa de escuchar música de piano mientras escribo tee-hee~ Creo que Manuel se ha vuelto un poco negativo... ya se le quitará entrando a clases :)
Aún con el alivio muy muy interno, en este momento también me sentía un poco aturdido: una vez que ella había mostrado interés, no sabía si invitarle a salir o simplemente saludarla. Me ponía de nervios el hecho de pensar en lo que ella respondería. Jamás había estado tan nervioso en mi vida por la respuesta de una mujer, hasta ahora. No contesté nada y ella no volvió a dar señal de vida, me había decepcionado a mí mismo, el campeón de las citas, el idiota, el pro, el ídolo… toda mi faramalla caía a los pies de aquélla mujer. Tal impotencia se sentía como una patada en los testículos, maldita sea.
Pasando de las doce del día, el calor aumentó considerablemente y las horas más críticas de mi vida comenzaron. Mi corazón sufría por una mujer y mi cuerpo por la falta de mantenimiento que mi padre le había dado al lugar: el ventilador de techo se encontraba descompuesto. Vaya que la tranquilidad me duró poco y pegué gritos de coraje ¿Algo podría salir peor? La situación con Denisse no tenía remedio, pero el viejo necesita ver por sus empleados de vez en cuando ¡eh! En fin, estaba frito literalmente, y faltaban todavía alrededor de tres horas para mi respiro.
Tres de la tarde apuntaba el reloj colgado en la pared y por fin el vacuo changarro había encontrado hora de descanso. Al cerrar la puerta de la entrada con llave me sentí como si hubiera salido de una habitación maldita donde el calor es intenso y el tiempo no avanza jamás. Abordé la ardiente camioneta de mi padre y la encendí con velocidad para bajar los cristales, sacar el aire caliente y así encender el aire acondicionado a toda su potencia. Reposé sobre los asientos todavía calientes mi sudorosa espalda, pegué un fuerte respiro y avancé.
El camino a casa fue rápido y caí rendido ante la vista de mi cama al entrar a mi habitación ¿Cuántos días más tenía que soportar este delirio? No muchos, espero.




-ChicaErotiCursi*

viernes, 7 de marzo de 2014

Te confieso ~Después de antes~ pt2 "Señora tarde y soledad."

Ésta es la continuación de "Aquélla tarde de lluvia" que una vez más habla de mis protas favoritos: Patricia y Fabián. Enjoy!

Un breve intercambio de números y listo: estábamos en contacto por el celular. Presumible era el hecho de que después de ello yo no iría a hablarle más pues, como alguien me dijo una vez "Ya supera ese duelo", me he decidido a hacerlo de todas las maneras posibles a través de estos casi siete años, por más que fuera complicado no recordarlo con ternura. Un amor pasajero me dura un parpadeo y lo mismo con las parejas ocasionales que he conocido después de terminar con Santiago. Deberé admitir que conocí a muchas personas en estos 4 años, pero ninguna como Santiago y Fabián. ¿Qué será de mí?


Actualmente me encontraba frente a un televisor con el canal de las novelas puesto y me he percatado de que Fabián tiene un nombre como de esos ficticios y ridículos de la televisión nacional: Fabián David Vela. No era tan largo, pero sí gracioso. De hecho hubiera sido más sencillo llamarle David, pero su inquisitiva madre lo castigó violentamente con ese horrible y engorroso nombre: Fabián. Nunca en mi vida se me había ocurrido burlarme de él, al contrario, me gustaba escuchar el sonido la dulce "F" que hacía cuando se presentaba, o el claro énfasis que hacía en el acento de la segunda "a"... pero ya nada le quitaba lo gracioso. Ahora sólo me provocaba reír... mencionar su nombre era--- ¡Cómico! Ojalá no me encuentre con él en otros seis años, porque antes acabaré riéndome de su humilde presencia sin razón aparente.


"Muy bien Patty" me he dicho una vez que me he parado del sillón y apagado la televisión. Era hora de hacer algo, algo como salir a la calle y distraer mi débil voluntad antes de que fuese devorada por una ola de recuerdos del bachillerato, realmente no me causaba gracia alguna su nombre, ni me hacía sentir mejor reírme de él, simplemente hacía mi corazón sentirse peor.

Al tomar mi teléfono celular en mis manos, me percaté de la presencia de una llamada perdida a mi celular hacía que mi cuerpo se estremeciera luego de ver el culpable: Fabián.
Marqué una, dos, tres y cuatro veces: sí, estaba desesperada. Ni una sola de las llamadas fue contestada más que con un mensaje de texto que decía:

"Estoy ocupado, lo siento"

¿Qué diablos es eso? ¿Es que solo buscaba una diversión y, como no la encontró en el momento se fue con alguna otra mujer? Vaya, si así son todos hoy en día, mejor me quedo sola... Y pensar que me enamoré de ese chango.

Salí al enorme parque que adornaba el centro de la ciudad para despejar mis sentidos y terminé por encontrarme con un ambiente tan romántico que casi me hacía llorar y desplomarme en el suelo. ¿Por qué precisamente tenía que estar soltera hoy? En el mes de junio, mes del calor, las lluvias y la feria del libro en la pequeña ciudad donde ahora residía. No hubo razón aparente, pero a plenas siete de la noche, me senté a escuchar los sonidos desvanecerse antes de la media noche y envolverme en mi purísima soledad.

miércoles, 26 de febrero de 2014

A mi vecina le gusta... ¿Qué? pt. 11

Una pequeña continuación con un recuerdo dulce del padre de Manuel. Enjoy!

Pero la probabilidad de ver a Betsy otra vez era de una en un millón y más teniendo en cuenta de que yo esté en el turno en que ella venga a comprar otra vez a la tienda o hasta el regreso a clases, el cual se veía muy lejano ya. Decidí no tomarle importancia, debe seguir con su novio y prefiero no buscarme una paliza.

Esperando obediente a que el turno que me encargó mi padre se terminara y por fin pudiese salir a comer, un breve recuerdo invadió mi mente una vez más: el rostro de Denisse.

¿Cuándo diablos iba a verla? ¿Sería engorroso mandarle un mensaje al celular? No lo sé, pero aveces averiguarlo de la manera más directa era la solución: El texto "mensaje enviado" apareció en mi celular antes de poderme percatar de que no había escrito nada y como -un despistado sin remedio- me califiqué a mi mismo en la mitad de un instante, mientras que pasaban los minutos más largos de mi vida y lamentaba haber mandado aquél mensaje vacío sin motivo de ser contestado.

Dejé el celular reposar en el mostrador y me quedé viendo hacia la nada, recapitulando muchas cosas: me preguntaba cómo es que una mañana tan soleada y calurosa podía ser tan nostálgica y solitaria; apenas eran las 11 de la mañana, no había ni un solo comprador a la vista y el sol en su apogeo se asomaba por las puertas y ventanas transparentes para reflejarse en los materiales metálicos expuestos a la venta creando un aura cálida y molesta de verano. No era insoportable al punto de escurrir de sudor, pero mi frente y mi cuello comenzaban a cosquillear por la humedad que despedían. Respiré profundo y secándome el sudor de la frente con mi brazo, un recuerdo de niño volvió a mi mente en ese mismo instante:

"Es temporada baja" siempre me decía mi padre cuando comenzaba el bochornoso verano, a lo que yo le respondía "¿Cómo que temporada baja, papá?" en mi pequeña inocencia. "No lo sé, en verano siempre pasa... tan poca gente compra que me da por no contratar personal" decía con una mueca en el rostro, por lo que yo tratando de animarle le decía "pues mejor me contratas a mí, cobro con dulces" y mi papá terminaba sonriendo. Quién iría a decir que mi padre no desperdiciaría semejante y maravillosa idea que yo le di inocentemente a los seis años: al cumplir 12, él comenzó a dejarme a cargo de la tienda algunas mañanas de verano sin miserable paga (ni de dulces).

Mientras yo soñaba despierto, un agudo y chirriante sonido acompañado de una brusca vibración alborotó mis nervios: en momento inoportuno, un mensaje de texto de Denisse tocaba la puerta de mi corazón acelerado. Ahora, no sabía si abrirlo con emoción o qué, pero moría por saber lo que decía. Disfrutando la sensación de incertidumbre, lo abrí para encontrarme con un mensaje igual al mío: vacío. No sabía si me iba a volver presa del coraje, pero muy dentro de mí, me sentí aliviado de ver una contestación de su parte al menos.


-ChicaErotiCursi*

lunes, 10 de febrero de 2014

Historias eroticursis para mi erotinovio pt. 1

Bueno, en esta primerísima edición de "Historias eroticursis para mi erotinovio" encontraremos un suceso excepcional de la vida de chicaeroticursi siendo contado. Lo lamentable es que él no podría saber de dónde vino la idea de lo que voy a escribir a continuación por motivos obvios, pero ustedes sí, creo. Le enviaré el archivo en un documento de word, obvio el link ni le pasará por la cabeza. Los personajes que utilizaré como mis ratas de Skinner son Patricia y Fabián, los ubicaré en una etapa más madura de su vida, en la cual Patricia está soltera y--- digamos que Fabián aclama serlo también (?). Bueno, sin más preámbulos, comencemos.

Personajes principales: Patricia (22 años) y Fabián (26 años)

"¡Esta noche es de fiesta!" gritó mi amigo Benjamín al momento en que entré en su nuevo departamento. Abrazándome con una fuerza desmedida, me agradeció haber llegado 4 horas antes de la hora acordada para ayudar en los preparativos de la fiesta de inauguración de su nuevo hogar; yo me limité a decir un tímido hola y sentarme en una silla a trabajar.

-Mira Pat, aquí están los adornos que quiero que pegues en las paredes-dijo Ben al tiempo que me daba unos stickers de varios personajes tipo Animal Crossing de entre unos 15 y 20 centímetros.
-¿Qué es esto, Animal Crossing?- pregunté yo, extrañada.
-Sí, me he vuelto adicto a ese jueguito ¡Y los personajes son muy monos!
-No me digas que este es el tema de tu fiesta esta vez...
-Me habéis pillado tia-contestó él con un acento castellano muy gracioso.
-Yo esperaba al menos algo tipo groovy, desde que pediste que nos vistiéramos con ropa de colores estrepitosos.
-Colores alegres y llamativos, no estrepitosos. En fin, a trabajar mocosita, que tenemos que vestir este lugar.

Y así, es como comenzó un largo evento para mí.

Nos tomó las cuatro horas completas terminar de hacer su arreglo para su pequeño departamento, pero valiendo la pena, lucía como una pequeña ciudad muy linda, con árboles y todo jaa~. Destrozada, me tiré en el sillón mientras Benjamín recibía a los primeros 3 invitados totalmente desconocidos para mí: no tardando en mirar lo que sostenían en sus manos, vi mi futuro cercano y pensé "de esta fiesta terminaré en el baño vomitando y rogando a Dios que no me agarre una buena cruda". Luego de eso, di un fuerte suspiro y me entregué a lo que viniera.

Al poco tiempo, el departamento ya estaba lleno de gente y al verme un poco aislada por desconocer a casi todos los invitados, Benjamín me preguntó:

-¿Y no invitaste al susodicho?
-¿Susodicho?- contesté yo sin saber de qué hablaba.
-Sí, el mono ese que te encontraste el otro día en el aeropuerto.
-Ah, él... Le mandé un mensaje en la mañana y no lo contestó.
-Oh, pobre idiota. Si no aparece, pues a tomar se ha dicho ¡Salud! - concluyó, brindando y chocando su cerveza contra la mía.

Ya siendo la una de la mañana, me percaté de que un nuevo mensaje de texto hacía mi celular vibrar y lo saqué de inmediato de mi bolsillo del pantalón ¿Quién podrá ser a éstas horas? Era presumible que fuese mi mamá alegando que me había marcado a la casa y que yo no había contestado o Naybi pidiéndome algún favor, pero no fue así y el nombre de aquél único individuo que hacía mi corazón acelerar iluminó mi rostro por completo: Fabián. Corrí de inmediato al baño con la velocidad que mis entorpecidas piernas podrían permitirme después de 8 cervezas y cerrando la puerta tras de mí, me senté sobre la tapa de la taza a leer el recién recibido mensaje.
"Hola"
¿Hola? Un simple ¿¡HOLA!? Le mando un mensaje en la mañana invitándolo a una fiesta y me contesta en la madrugada ¡Caya tipo! Como para tentativamente responder "Chinga tu madre" pero mi moral aún de pie no me permitió semejante barbarismo y comenzamos una lluvia de mensajes de texto.

Patricia "Elegiste un extraño momento para contestar mi mensaje"
Fabián "Oh ¿Es así?"
P "Sí, me agarras ebria y cachonda jajaja~"
F "¿Dónde es la fiesta?"
P "No es por tus rumbos ¿Apoco quieres venir?"
F "Me daría el lujo de querer, pero no tengo dinero"
P "Anda ven, que te pago el taxi. Hay mucho alcohol todavía" 
F "Paso, será otro día"
P "No me dejes plantada, al menos ven a verme"
F "Mejor ven a mi casa, yo no salgo sin dinero"
P "¿Enserio?"
F "Sí"
Ni cinco minutos tardé en salir a la calle y tomar un taxi rumbo a su casa. Diría cualquiera que me dejé llevar por un estado de ebriedad, otros que me actué como un animal impulsado por sus instintos. Dicho a mi manera, fui una simple mujer enamorada siguiendo a su corazón.

Llegando a su casa, con nervios le marqué. Lo primero que me dijo al contestar fue "Dile al taxi que espere, iremos a otro lado" y colgó. Mis ojos se abrieron como plato y un poco sorprendida, le hice señas al taxi de que no se fuera ¿Qué es lo que intenta hacer este hombre?

Salió con una maleta en su mano derecha y en la izquierda extendía un billete de doscientos pesos, yo no sabía qué diablos pensar, pero me subí de vuelta al taxi junto con él.

-Llévanos a la colonia Ríoverde, yo le doy indicaciones llegando- dijo Fabián muy seguro.
-¿Colonia Ríoverde? ¿Qué vamos a hacer hasta allá?- pregunté intrigada.
-Mi roomie está suavizando la carne con su novia así que no podemos estar aquí, tendremos que ir a otro lugar del que tengo llaves.
-Ah, no hay problema con eso yo---
-Prefiero que estemos solos- contestó Fabián, interrumpiéndome.
-Oh, está bien.

El taxi avanzó hacia la colonia Ríoverde y finalmente estábamos en ligera tranquilidad. Lo miré detenidamente desde los cabellos hasta los pies, tratando de guardar este momento para siempre en mis recuerdos: llevaba su cabello negro despeinado y ligeramente mojado como cuando le conocí en el bachillerato, sólo que un poco más corto; sus ojos castaños puestos en la ventana seguían viéndose igual de grandes y llamativos e incluso sus delgados y pálidos labios lucían como en aquél ayer. Le miré un poco más el cuerpo y pude observar que había inflado bien sus brazos y ya no era aquél enclenque de veintiún años; portaba una ropa relativamente casual (jeans y playera polo), pero con un toque de arreglo muy peculiar en él.  Tantos recuerdos me vinieron a la mente como nostalgias del día en que lo conocí en un minuto de sólo observarle, pero ya nada de eso era igual y tanto él como yo eramos unas personas totalmente diferentes.

Antes de llegar a nuestro destino, Fabián le pidió al taxista orillarse en un oxxo: en cuanto paró, se bajó sin decir una palabra y con la misma que entró a la tienda, salió rápidamente, trayendo un six de cervezas consigo, el cual se transparentaba de la bolsa de plástico. Lo miré atentamente esperando a que me diera una respuesta, pero él me volteó la cara.

-¿Y eso?
-¿Eso de qué?
-La bolsa de plástico...
-Ah-- no preguntes- contestó un poco nervioso, revelando su cara roja.
-Minimo pregúntame de cuáles me gustan Fabiancito~- dije yo, tentándolo más.
-Vale ¿De cuáles te gustan?
-De las que traes ahí no. Pero no importa, si así es tu gusto, beberemos de esas- le dije sin pensar, al mismo tiempo que me recargué en su hombro y observaba la expresión de su rostro apenado.

Paramos en una casa vacía, él pagó el taxi con lo que restaba del billete de doscientos y yo en seguida pregunté:

-¿Y ése dinero?
-Digamos que lo tomé prestado de mi roomie- dijo, riéndose por primera vez en la noche.
-¿Y la maleta? ¿Y la casa?
-Haces muchas preguntas, es mejor que te cuente después.
-Oh, está bien- dije yo, todavía con la maraña de dudas que se me hacía en la cabeza.

Entramos a la casa completamente vacía y de buenas a primeras me enseñó dónde estaba el baño y que gracias al cielo había papel. Luego de eso nos metimos a una especie de habitación y se quedó quieto desde la puerta mirándome de arriba a abajo con una mirada muy curiosa.

-¿Qué me ves?
-Estás hermosa. Te ves mejor que cuando te conocí, definitivamente.
-¿A qué te refieres, más gorda?
-Jamás.

Desvié la mirada apenada por su comentario ¿Estaría hablando en serio? Cuando volví a mirarlo, se acercó a mí y me dio una cerveza bien fría.

-Aquí tienes, para relajarnos un poco.
-Yo ya vengo un poco relajada ¿Qué me dices de ti?
-Totalmente sobrio.
-Muy bien, entonces empieza a tomar rápido para que me alcances- dije jugando.

Me guiñó un ojo y se empinó la lata.

-¿Mejor?-preguntó
-Otra y ya te creo que estés un poco ebrio.

En efecto, abrió la lata y se empinó la segunda.

-Le toca a usted, señorita.
-Yo no puedo tomar tan rápido, pero intentaré...

Y así, él se tomó cuatro latas y yo dos, terminando por querer ambos vomitar. Seguido de eso, finalmente abrió la maleta y sacó de adentro una colchoneta, extendiéndola sobre el piso e invitándome a sentarme. Decepcionada al ver el contenido tan simple, le miré y le dije:

-¿Eso era todo?
-Sí.
-Está bien- respondí sonriente y lo miré directo a los ojos.

Con la misma que lo miré, él se acercó casi involuntariamente y me tomó del pelo para plantarme un beso en la boca muy delicioso: su aliento caliente denotaba que estaba excitado, pero sus labios fríos de la cerveza hacían la perfecta armonía en la temperatura, lo que me encendió. Su lengua perforó mi garganta y exploró el interior de mí; yo le devolví el beso con la misma intensidad, e incluso empecé por colgarme de sus hombros y cuello con mis brazos.

A medida que avanzó ese beso tan intenso, nos arrojamos encima de la colchoneta y comenzamos a tocar nuestros cuerpos. Primero él se quitó su playera y continuó con la mía, dejando al descubierto mi brassiere negro de encaje. Ya encima de mí, sus manos se volvieron locas y empezaron a agarrar mis senos fuertemente mientras los besos continuaban. De los besos en la boca, pasó a besar mi cuello y a morderlo ligeramente, como si me quisiera comer literalmente; yo sólo me dejé llevar por la situación y dejé que continuara hacia abajo: llegando a mis senos y lamiendo mis pezones. Primero comenzó a lamerlos como un perrito y después los chupaba y mordía con fuerza, haciéndome gritar de excitación. Pasando un rato así, cambié de papel y me puse arriba, ahora yo era la que le mordía el cuello y el pecho. Le bajé el pantalón para descubrir extrañamente que tenía una bermuda abajo, lo cual me dio un poco de risa y le dije:

-¿Y tu bóxer?
- Está debajo de la bermuda- contestó.

Efectivamente tenía su bóxer negro debajo de una bermuda que estaba debajo de un pantalón.

-¿Por qué está así?
-Porque a la hora de decidir entre una bermuda y un pantalón, primero me puse la bermuda. Entonces cuando llegaste me incomodé y me puse el pantalón encima.
-Vaya que eres extraño- comenté entre risas, al mismo tiempo que me dejaba de importar eso y continuaba con la acción.

Rápidamente le quité el pantalón, la bermuda y el bóxer, revelando su pene erecto. Lo miré y tomé en mis manos, lo jalé lenta y sucesivamente de arriba a abajo mientras le miraba a los ojos y me prendía al ver su rostro sonrojado. Al principio parecía tímido, pero después que agarró la confianza, me decía que lo hiciera cada vez más rápido, lo cual me emocionó. Lo jalé fuerte y rápido, con ganas de verle más encendido, que pidiera más... y lo hizo: deteniendo mi mano con la suya, por fin me pidió que se la chupara. Lo primero que hice antes de comenzar fue acercarme a su cara y darle un beso muy dulce y suspirando le dije:

-Lo que gustes, Fabián.
-¿Ya lo has hecho antes?- me preguntó.
-Hmmm... pocas veces- mentí descaradamente.

Me bajé y empecé a chuparle el pene saboreando poco a poco, lo que me hizo caer en la cuenta de que sí se había bañado antes de venir conmigo (muy lindo de su parte ^^). Conforme iba avanzando, metí la punta de mi lengua en su cuerito y la giré, sintiendo su cabeza y dándole pequeños besos; luego fui un poco más salvaje y le di unas pequeñas mordidas con cuidado de no lastimarlo. Como vi que le gustó lo que hice, me solté más y metí de lleno su pene en mi boca chupando, moviendo mi cabeza y apretando con mis labios. Cuanto más le escuchaba sentir placer, más rápido lo hacía ¡Me encantaba! Me encantaba tanto que moría por que me metiera su pene ahí mismo. Cuando sentí que ya estaba un poco satisfecho, me levanté y le pedí que me dedeara: dejé mi cuerpo en sus manos y él empezó a hacer lo suyo, quitándome el pantalón, mi tanga negra y mi brassiere de encaje a juego, dejándome completamente desnuda y lista a todo. Se alejó un poco de mi y observó mi cuerpo desnudo completamente, luego se acercó y me dio unos cariñosos besos de lengua. En el momento que menos esperé, me introdujo sus dedos índice y medio en la vagina, metiéndolos y sacándolos rápidamente, lo que me hizo soltar un grito de excitación en seguida, el cual calló poniendo su boca sobre la mía. Mientras una mano hacía un trabajo abajo, la otra manoseaba mis senos y los apretaba con fuerza. Estando a punto de venirme, paró y me dijo:

-Estás muy calientita y mojada de allí abajo ¿Quieres que mi pene entre en ambiente?
-¡Sí, hazlo!-le grité, descontrolada.

Yo quería más y él también, moríamos por estar juntos, unirnos por primera vez, "hacer el amor". Todo lo que quise que hubiese hecho cuando yo era una simple niña, lo estaba realizando ahora, esto era un sueño convertido en realidad pura. Finalmente habíamos llegado hasta ese punto, no iba a desperdiciar ni un segundo. Primero, colocó su cuerpo encima del mío y mirándome a los ojos con un poco de inseguridad me dijo:

-¿Estás segura Patty?
-Totalmente Fabián, había esperado este momento desde que me enamoré de ti.
-Está bien. Gracias por ser paciente conmigo todos estos años.

Me quedé en silencio después de eso ¿En verdad me estaba agradeciendo? Bueno, realmente no interesaba ahora, lo que yo quería era que me penetrara. Acomodó su pene de tal manera que deslizó de inmediato dentro de mí. Gemí y lo abracé con fuerza mientras él metía su pene despacio dentro de mi vagina, haciéndome sentir en el cielo. Después de esto yo estaba segura que no había más que el placer de sentir su pene calientito dentro de mí y sus gentiles besos haciéndome sentir protegida, amada y excitada a morir. La velocidad aumentó tanto de mis gemidos como de sus movimientos mientras sentía cómo se adormecían mis piernas y entraba en un completo trance ¿Esto era a lo que le llamaban orgasmo? pues sí, creo que lo era. Ambos nos vinimos al mismo tiempo, siendo el momento en que hice conciencia y recordé que no habíamos usado condón. No era momento para asustarnos ninguno de los dos, era sólo un momento de disfrutar de la calma después del clímax y todo eso. Finalmente sacó su pene empapado y fue directo al baño a limpiarse mientras yo recolecté las piezas de ropa tiradas por toda la habitación. Una vez él salió, entré de volada y me lavé, pensando simplemente en dónde iría yo a comprar las pastillas y cuanto dinero resultaría el chistecito.

Saliendo del baño me esperaba un Fabián con un abrazo para mí. Me dio un beso muy fuerte, pero ya no era uno de pasión, sino uno de cariño y me dijo lo siguiente:

-Gracias una vez más Patty. Nunca pensé que me arrepentiría tanto no haber dejado a Perla por ti.
-La amabas, eso era todo...- dije yo, con los ojos un poco llorosos. De verdad me dolía todavía.
-Lo peor es que cada vez que estábamos cerca, yo sí quería, pero mi propio miedo me abrumaba. Ahora estoy tranquilo, dispuesto a ti.
-Me alegra escuchar eso, pero ahora yo no sé qué va más de aquí...
-Necesitamos una pastilla ¿No?
-Sí, eso- contesté yo, aliviada de que la conversación cambiase de rumbo, pues no quería convertir esa polvosa casa en un río de lágrimas.

Nos vestimos de inmediato y dormimos lo que quedó de noche hasta el amanecer, abrazados, como debían ser las cosas.


-ChicaErotiCursi*