Orange Bow Tie

domingo, 13 de noviembre de 2022

¿Dónde está Dana? CAPITULO III ~ ¿Una visita al doctor? ~

As always, enjoy, if not, fvck 0ff uwu 


Jungkook cerró la puerta tras de sí y me quedé sola con Jimin.

"A ver, vamos a ver... " comenzó Jimin, colocándose unos guantes de látex y tomando unas tijeras.

"Mira, con estas tijeras voy a quitar la cinta de tu cuerpo, si te resistes, tendré que ponerte una inyección que va a paralizar tu cuerpo, así que coopera conmigo, ¿sí?" 

No tenía razón para resistirme y tampoco para averiguar de qué inyección hablaba. Tomó mi cuerpo con delicadeza y lo levantó, sentándome. Comenzó a cortar la cinta adhesiva y retirarla cuidadosamente, totalmente contrario a Jungkook, que era muy brusco y violento en sus movimientos.

"Nuestro Jungkookie no sabe tratar a las damas, ¿verdad?" dijo Jimin, regalándome una sonrisa coqueta, parecía que me había leído la mente.

Mi cuerpo se empezó a sentir mejor una vez que lo liberó, por lo que no pude evitar estirarme y Jimin solo sonrió al verme hacerlo.

"Voy a remover la mordaza ¿ok? así que por favor no vayas a gritar"

Este muchacho era caballeroso y gentil, me pareció incluso extraño que estuviese de acuerdo con todo esto del secuestro. Tenía ganas de preguntarle qué sucedía, por qué estaba yo aquí ¿será que me iría a responder?

Gentilmente removió la cinta de mi boca y cabello, sacó el pañuelo con saliva y por fin pude respirar adecuadamente, también mi boca estaba muy seca así que comencé a toser. Jimin me ofreció un vaso con agua en respuesta.

Bebí el agua rápidamente y le regresé el vaso, sin poder mirarle a los ojos. Tenía que pensar cómo preguntarle qué estaba sucediendo sin molestarlo.

"Disculpa..."

"No voy a responder a ninguna pregunta que me hagas" contestó cordialmente, reiterándome mi posición.

Fue entonces que noté que Jimin tomó una tabla con hojas para tomar notas y un bolígrafo.

"Quítate la ropa" ordenó, lo que me agarró desprevenida.

"¿Qué?"

"Que te quites la ropa, toda" señaló, haciendo ademán con el bolígrafo.

Me quedé sorprendida ¿Qué diablos se suponía que estaba pasando?

"¿Aquí?"

"¿Sí? ¿Dónde más, princesa?"

No parecía estar bromeando, así que hice lo que me pidió, mientras él observaba cada movimiento que yo hacía. Cuando me quedé en mi ropa interior, él comentó:

"¿Ropa interior combinada? hmmm ¿Esperabas mostrársela a alguien?"

Escondí tímidamente mi cuerpo con mis brazos.

"¡N--no esperaba a nadie! Yo no ando enseñando mi cuerpo así como así..."

"¿Ah sí? Suerte la mía, que no solo voy a verte sino a explorarte"

"¿Qué?

En ese momento, Jimin colocó a un lado la tabla y el bolígrafo para acercarse a mí. Yo me pegué a la fría pared, y él quedó casi pegado a mí.

"Es solo protocolo, no tengas miedo dulzura" me susurró, mirándome directo a los ojos.

Pasaron unos largos segundos de silencio, nuestras respiraciones estaban sincronizadas, la tensión era fuerte, y lo peor, es que me estaba poniendo caliente.

"Párate allí" dijo repentinamente, lo que cortó la tensión. Estaba señalando una báscula. Inmediatamente después de eso se alejó y volvió a tomar la tabla y el bolígrafo. Yo hice como me pidió, aún así sintiéndome desconcertada.

"XX kg, muy bien, ahora tu estatura..."

Sorpresivamente, a partir de ahí, él se comportó como un doctor que estaba haciendo un chequeo general, haciéndome preguntas de rutina, como frecuencia de alimentación, enfermedades padecidas, etcétera. A pesar de estar en ropa interior, me sentí relativamente cómoda... Hasta que llegó el punto de quiebre.

"Pon tus manos al frente"

Hice como me pidió y me puso unas esposas. Esto comenzaba a darme escalofríos.

"Ahora, siéntate aquí" dijo él, señalando un sillón de ginecología.

"¿Es realmente necesario esto?"

"Sí, lo es" respondió muy serio.

No tuve el valor para negarme, además hasta ahora no había ocurrido nada malo. Me senté en el sillón y ancló las esposas a la cabecera, luego esposó mis piernas a las reposaderas del sillón, manteniendo firmemente mis piernas bien abiertas.

"Te recomiendo que cooperes así también con mis hermanos, aunque no creo que se porten mejor que yo. Tampoco puedo decirte que seré mejor que ellos a partir de ahora, pero estoy seguro de que te puede ir particularmente peor más adelante". 

Cuando dijo eso, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo ¿de qué estaba hablando ahora?

"Ah, olvidé quitarte la ropa interior. Bueno, es una lástima, pero tendré que cortarla"

"¿Qué? No, no, espere---"

Cortó el brassiere y mis panties. No pude hacer nada para evitarlo, estaba aprisionada en el sillón.

"Vamos a comenzar. Tú solo relájate y no te dolerá"

Palidecí de escuchar eso. Estando tan expuesta, no sabía qué era lo peor que me podría pasar.

Jimin comenzó por tocarme los brazos, los palpó y fue bajando hasta llegar a mis axilas, de las cuales se pasó a mi cuello, mis senos; los cuales sobó con cierta fuerza y los apretujó; luego mis pezones, igualmente los apretó y los jaló.

"Por favor detente" le pedí. Por más raro que se sintiera, me estaba calentando mucho, no podía dejar que se diera cuenta.

"Es parte de la examinación, corazón" respondió, con una sonrisa coqueta. Estaba segura de que él  lo estaba disfrutando.

Siguió palpando en la zona de mis costillas, mi cintura, mis nalgas, mis muslos... hasta la punta de los pies, donde, por alguna razón, mostró fascinación.

"Tienes los pies muy bonitos y suaves"

Yo no contesté nada, estaba muy apenada, tenía rato cerrando los ojos.

"Ahora vamos a la segunda parte"

Abrí los ojos de par en par... ¿segunda parte? Jimin se estaba cambiando ya los guantes... esperaba que no fuese a hacer lo que yo creía que iba a hacer. Y sí, lo era.

Jimin empezó a tocar mi entrepierna y la examinó detenidamente. Yo tenía mucho miedo, en realidad, siendo virgen, tenía terror de que eso cambiara. 

"¿Estás temblando? ¿Nunca te había atendido un ginecólogo?"

"N--no" respondí apenada.

"¿Cómo es posible? Al menos tienes que checarte de vez en cuando, y más a tu edad"

Claro que sabía que en algún momento tenía que revisarme, pero no así...

Jimin tomó un bote de lo que parecía era lubricante y se lo colocó en los dedos. Lentamente comenzó a sobar mis labios vaginales y mi clítoris. Una ráfaga de placer no deseado recorrió mi cuerpo, pero tuve que aguantarme hacer algún ruido. Intenté cerrar las piernas, pero no me fue posible, así que moví mi cadera de lado a lado, pero él no dejaba de masajear allí.

"Basta, no me gusta" dije trabajosamente.

"Tranquilízate un poco, si no lo haces, te dolerá más lo siguiente que haré."

Sin aviso alguno, introdujo sus dedos en mi vagina y solté un gemido.

"¿Oh? ¿No está muy apretado aquí adentro? heh" 

"Me duele, por favor, para---ah"

No me dolía en sí, solo, era extraño. Él sabía perfectamente dónde tocar y yo solo podía hacer sonidos ininteligibles, principalmente pidiéndole que parara, a lo cual no me escuchó. Él solo posaba su mirada en mí, en mis movimientos, en mi lucha por zafarme.

"Detente, te lo ruego"

"Tus gemidos solo me piden más, no puedo parar" dijo él, encimándose sobre mi cuerpo. Al parecer él también estaba caliente.

"No, espera, no quiero perder mi virginidad en un momento así" comencé a decir, con lágrimas brotando de mis ojos.

"¿Qué? ¿Eres virgen?" dijo sorprendido. Inmediatamente se quitó de encima mío.

"Sí..." musité, mirando hacia otro lado.

"Ah, vaya. Estuve a punto de introducir algo más que mis dedos allí dentro, heh"

Yo me quedé en silencio, completamente apenada.

"Y... de aquí más abajo ¿También? O..." dijo Jimin, señalando mi cavidad anal.

"Ni se te ocurra" respondí de inmediato.

Jimin comenzó a reírse, tenía una sonrisa muy dulce para ser una persona que me tiene aquí en contra de mi voluntad. 

"Bueno, uhm... ya terminamos" expresó él un poco apenado, quitándose los guantes y tirándolos a la basura. Acto seguido, me desató los brazos y las piernas, me dio ropa interior y un conjunto de ropa cómoda color blanco.

"Ponte esto, no puedes ir por ahí desnuda"

Posé mi mirada sobre la ropa que tenía enfrente un par de minutos, mientras me quedaba absorta en mis pensamientos. Estaba avergonzada, incómoda, confundida...

"Es nueva."

"Ah, sí" respondí, despertando un poco del trance.

Jimin se giró hacia su computadora y comenzó a escribir algo. No me miró en ningún momento mientras me vestía. La luz del monitor se reflejaba en sus lentes de pasta. Se veía concentrado.

Cuando terminé, Jimin dijo lo siguiente:

"Por ahora estás limpia, es lo bueno. Los análisis de las muestras que tomé llegan mañana, aunque, probablemente no podrás verlos, de eso no te preocupes"

Luego, imprimió unas hojas y las guardó en un fólder.

"En un momento vendrán por ti: solo diles la verdad. No te guardes nada, estoy seguro de que todo será más fácil para ambas partes si es así"

Lo miré de reojo, sin entender qué es lo que vendría más adelante, o, peor aún, por qué estaba en este lugar. 

Jimin agarró una radio que tenía al lado del ordenador y lo encendió.

"Jungkookie, ven" dijo Jimin a través de la radio.

Poco tiempo después, el hombre de antes abrió la puerta.

"¿Por qué no está atada?"

"¿Por qué tendría que estarlo? Se portó bien"

"Tsk" chasqueó Jungkook con la boca, mientras me dirigía una mirada asesina.

"Aquí está el diagnóstico. Mañana te doy los otros resultados. Por ahora llévale este a Jin" dijo Jimin, señalando el folder que estaba en el escritorio.

"Ok hyung. Ahora tú, gírate" me dijo tajante "manos en la espalda" obedecí sus órdenes. Sabía que no me podía negar. Me colocó unos cinchos no solo en las muñecas, sino en los codos, haciendo que estuviesen casi pegados. Se me enterraban mucho los cinchos en la piel y me dolía, Jimin lo notó.

"No seas tan brusco con ella"

"No me digas cómo hacer mi trabajo"

"Yo solo estoy diciendo que sería mejor todo por las buenas, pero bueno"

Jungkook ignoró a Jimin y siguió conmigo. Me colocó más cinchos en las piernas y tobillos, por lo que se me dificultaba estar parada.

"¿Tienes cinta?" preguntó Jungkook.

"Tengo autoadherible, la normal le va a arrancar el cabello" rió Jimin.

"La que sea" dijo Jungkook con desdén.

Jimin sacó de un cajón cinta autoadherible color blanco.

"Ten y ya lárgate, que tengo cosas que hacer. A diferencia de ti, yo tengo un trabajo normal."

"Sí, sí, lo que digas" dijo Jungkook, haciendo una ligera sonrisa con su boca.

Jungkook tomó un pañuelo blanco y lo introdujo en mi boca fuertemente, luego tomó mi cabeza y la envolvió con la cinta autoadherible para que no pudiese escupir el pañuelo. También lo hizo con mis ojos.

"Me voy" dijo Jungkook.

"No regreses" dijo Jimin.





-Cherocu**

viernes, 11 de noviembre de 2022

¿Dónde está Dana? CAPITULO II ~Un evento inoportuno~ pt. 2

 Capítulo 2 parte 2, comenten. No hay mucho, enjoy!



Cuando entré en razón, me encontré en lo que parecía que era una bodega de materiales de construcción, con ladrillos, latas de pintura, bolsas de cemento, etcétera. Frente a mí estaba el chico de las perforaciones. Me miraba fijamente, sosteniendo un móvil analógico en su mano izquierda, de la cual se asomaban unos tatuajes. Yo intenté moverme, pero fue ahí cuando me di cuenta de que mi cuerpo estaba inmovilizado por sogas color marrón. Mis muñecas, mis codos, rodillas y tobillos estaban fuertemente atados. Intenté hablar, pero mi voz se encontraba sofocada por lo que se sentía como tela y cinta adhesiva.

Al notar que me había despertado, el chico marcó por teléfono a alguien.

"Despertó" dijo él.

Aunque fuese muy bajo, logré escuchar lo que respondía la persona del otro lado. 

"Ah, espera un poco más, sigo ocupado" dijo la otra persona.

"No tengo todo el día" respondió molesto.

"Yo tampoco, por eso es que no puedo ahorita"

"Te doy 15"

"¿Qué?"

Cortó la llamada deliberadamente y continuó observándome en silencio. Yo me sentí incómoda, no solo por las sogas, sino por su mirada penetrante y seria. Sus ojos recorrían mi cuerpo de arriba a abajo, me sentí expuesta; si fuese a hacerme algo, yo no podría hacer nada para oponerme. Intenté insinuarle que me soltara, pero él solo me miró inmutado.

"Por más que hagas esa cara de perrito moribundo, no te voy a soltar. Ustedes las mujeres son unas hipócritas, apelan a la lástima solo para aprovecharse de los hombres"

Intenté decir algo, pero las palabras no salían, solo palabras ahogadas por una mordaza.

"Mírate, tan patética. No te agobies, no siento ni un gramo de empatía por personas de tu clase. Por mí, te cortaría el cuello aquí mismo y te vería desangrarte en el suelo" expresó fríamente, lo que me heló la piel.

En ese momento, miré hacia todos lados, desesperada, tratando de encontrar una salida... pero nada, solo una bodega aislada, con una ventana casi imposible de alcanzar y un hombre que me podría asesinar a la más mínima oportunidad. De la desesperación, lágrimas brotaron de mis ojos desconsoladamente... ¡todavía había muchas cosas que quería hacer! desarrollar mi proyecto, comprar un departamento, conocer a alguien... ese tipo de cosas... ni siquiera sabía qué había hecho mal para caer en este infortunio.

Él se mantuvo compuesto, viendo cómo lloraba. Mi nariz comenzó a taparse, la tela dentro de mi boca me topaba la garganta y cada vez acumulaba más saliva... me estaba asfixiando y no podía pedir ayuda. Tal vez ni siquiera iba a vivir lo suficiente para que me matara él.

"Eh ¿estás bien? ¿puedes respirar?"

No pude responder, se me estaba nublando la vista de nuevo. Me desmayé en un instante.

...

Abrí los ojos repentinamente ¿qué había pasado? un rostro angelical... hermosos ojos castaños... ¿está acaso este hombre preocupado por mí? ah... espera... es el chico que me secuestró... ¡Qué susto! ¿Por qué diablos tiene que estar tan guapo? Me doy vergüenza por pensar así...

Intenté levantarme rápidamente, pero por el mareo no me di cuenta de que estaba en su regazo y le di un cabezazo accidental, a lo que ambos nos quejamos al unísono. Me soltó y caí al suelo en seco.

"Qué fastidio, pensé que ya te habías muerto" dijo él, molesto, mientras se sobaba la frente.

"¿Qué sucedió?"

Omitió mi pregunta.

"Levántate, nos tenemos que ir"

¿Levantarme? Ah, ya no tengo las ataduras...

"¿A dónde? ¿Qué me vas a hacer?" pregunté, con miedo.

"Por ahora, nada"

¿Por ahora?

Se levantó del suelo y me jaló del brazo para que me levantara yo también.

"¡Oye, me lastimas!"

"Ponte contra la pared" ordenó. 

Antes de que tuviera tiempo de reaccionar, azotó mi pecho contra la pared, agarró fuertemente mis manos, las colocó en la parte alta de mi espalda y las envolvió a mi torso con cinta adhesiva. Luego giró mi cuerpo bruscamente, lo que dejó su rostro muy cerca del mío. Logré observar de cerca las características de su rostro, entre las cuales, divisé un lunar muy peculiar oculto debajo de su labio inferior.

"Abre la boca" salió de sus pequeños labios rosas, mientras sostenía firmemente mi mandíbula con su mano tatuada.

"No voy a gritar, te lo prometo..." le dije con la voz temblorosa.

Miró hacia un lado, respiró hondo. Acto seguido, me miró de nuevo y reiteró:

"Abre la boca"

Me negué a hacerlo, pero él forzosamente introdujo el pañuelo de tela entre mis dientes y lo aseguró con la cinta adhesiva.

"No te vayas a desmayar de nuevo, porque no te volveré a resucitar"

¿QUÉ?

Me colocó una bolsa de tela negra en la cabeza y para finalizar, me encintó los tobillos.

De nuevo, estaba completamente inmóvil, sin poder ver nada, a merced de mi captor.

Fui transportada una vez más, esta vez en la cajuela de un vehículo pequeño. Fue un viaje breve, pero extremadamente incómodo y desconcertante.

No pude dejar de preguntarme si hubiese sido mejor morir allá o sobrevivir para ver qué me pasaría de aquí en adelante.

El muchacho me sacó de la cajuela y después de un par de puertas y escalones, arrojó con desdén mi cuerpo sobre una mesa metálica. Se sentía fría, como la plancha de un quirófano.

Ya me veo sin órganos. Sí, eso es. Es la razón por la que 'por ahora' valgo más viva que muerta.

"¡Qué ruidoso! pudiste tocar la puerta, no era necesario abrir de una patada" escuché que dijo una voz, diferente de la de mi captor. Su voz era más dulce que la de los otros dos que conocí anteriormente.

"Así es más rápido" respondió el chico de los tatuajes.

"Tú todo lo quieres rápido, hay personas que tenemos cosas qué hacer"

"Ya sabías que la traería hoy"

"Sí, pero estaba atendiendo una urgencia, podrías practicar la paciencia"

"Ya me había aburrido"

¿Aburrido? Hubieras visto tu propia cara de preocupación.

"A ver, muéstrame a la famosa" dijo el muchacho de la voz dulce.

Me retiraron la bolsa de tela negra y vi que ahora estaba en lo que parecía un consultorio médico pequeño, elegante y bien iluminado, frente a mí había un hombre de cabello rubio y ojos grises, traía unos lentes redondos y una bata de Doctor; debajo de su bata vestía una camisa lisa color violeta y un pantalón marrón oscuro.

"Oh, es más linda en persona"

"Enfócate Jimin-ssi"

¿Jimin? El nombre del doctor me parece conocido...

"He he, está bien Jungkookie"

Y el chico de los tatuajes se llama Jungkook... ¿Dónde he escuchado esos nombres?

"No me llames así" respondió Jungkook con una actitud totalmente diferente. Casi parecía un chico normal.

"Sí, sí... lo que digas corazón" le dijo Jimin.

Jungkook lo ignoró.

"Revisa bien que no traiga ningún dispositivo de rastreo implantado, fuera de eso puedes hacer lo que quieras con su cuerpo, mientras pueda hablar"

¿Lo que quiera? ¿Como qué?

"Ah ¿en serio? Pero, no se supone que--"

"No, RM hyung dijo que esto es meramente trabajo"

"Si hyung lo dijo, entonces está bien"

"Me voy" dijo Jungkook.

"Sí, sí, te veo en un rato" le despidió Jimin.



-Cherocu**