Orange Bow Tie

domingo, 19 de febrero de 2023

¿Dónde está Dana? CAPÍTULO VI ~Alguien imposible de leer~

No supe cuánto tiempo había pasado desde que V se había ido, pero las ganas de orinar me estaban volviendo loca... aunque no tanto para hacerme encima. Me moví desesperada de un lado al otro, grité fuertemente, pero nadie acudía... era de esperarse.

Finalmente, alguien abrió la puerta y era un chico pelinegro con ojos pequeños y piel muy blanca. Venía vestido totalmente de negro, camisa, pantalón y zapatos que se veían bastante caros.

"Haces mucho ruido" dijo él, acercándose a mí "¿V te dejó así? Wow... tu piel... esto dejará marca. Yo la única marca que te dejaría sería en otra parte de tu cuerpo..." comentó, risueño, mientras observaba cada centímetro de mí.

¿Ahora qué me iba a suceder? ¿qué clase de raro me tocará ahora? luego del chico pocas palabras, el doctor loco, el policía violento y el fanático de los perros ¿había algo peor? Solo necesitaba ir al baño... por favor...

"¿Qué quieres? ¿Por qué meneas tanto las piernas? ¿Acaso quieres ir al baño?"

No era un secreto. Hice ademán de que en efecto quería ir al baño.

"Heh" rió, para luego pararse frente a mí. Mirándome desde arriba, él me dijo: "haz aquí"

Abrí los ojos como platos, no esperé esa respuesta... pero bueno ¿Qué podría esperar en este lugar endemoniado?

"Entonces no tienes tantas ganas después de todo" me dijo él. "No te preocupes, no le diré a nadie que te hiciste. Es más, si quieres te hago casita, para que no vea la cámara" dijo con una sonrisa macabra.

Me quedé en silencio. No sabía si enojarme o llorar.

"Sería mejor que lo dejaras fluir. Es más, espera un segundo" salió por la puerta, para volver con una botella de agua de 1.5 lts.

¿Ahora qué? me pregunté...

Con una expresión pícara, se acercó a mí y vertió el contenido del agua sobre mí. Desde mi cabeza hasta el suelo, el agua recorrió todo mi cuerpo. No pude aguantarme más las ganas y lo hice... así como él quería.

"Ah, se siente mejor ¿no es así?" dijo él, con su mirada fija en mi entrepierna mojada.

Comencé a lagrimear una vez más ¿Qué otra humillación podía sufrir el día de hoy? ¿Por qué tenía que sufrir así?

"No deberías fastidiarnos más" comenzó "si le hubieras dicho a RM todo lo que sabías, tal vez no estarías así de sobajada. Siempre puedes decirnos todo lo que sabes y tal vez... solo tal vez te dejemos en paz... aunque no sé si te dejemos ir..." dijo él, sacando una navaja de su bolsillo. "Tal vez... solo tal vez... acabemos con tu vida de una buena vez" dijo, presionando la hoja de la navaja en mi cuello. 

Pude sentir cómo ligeramente cortaba con la piel, cómo la sangre brotó y fue absorbida por la tela que aprisionaba mi cuello. Yo seguí viendo hacia el suelo, el agua y mis fluidos combinados en un charco debajo de mí. A estas alturas, no me podría importar menos perder mi vida.

El tipo levantó mi barbilla con la navaja y me obligó a mirarle.

"Hmph, será mejor que te dé un baño, no creo que puedas pasar así toda la noche"

Cortó la correa y me cargó como una princesa, sin importarle que yo estuviera sucia. Su cuerpo estaba cálido, de alguna manera me reconfortó ligeramente. 

"Por cierto, me dicen Suga, aunque no soy nada dulce"

Heh, no fue gracioso.

Salimos por la puerta y logré ver lo que parecía un pasillo, con un elevador al fondo y varias puertas. Nosotros entramos a la más cercana. Era un baño muy amplio, pero algo vacío, solo contaba con una regadera sin cortina, las paredes tenían espejos y en el suelo había un jabón nuevo, shampoo y acondicionador.

Suga me colocó con cuidado en el suelo frío, me miró a los ojos y me dijo "ahora es cuando te quito la ropa". Mi corazón comenzó a palpitar rápidamente y me sonrojé.

"Pareces disfrutarlo ¿debería emocionarme también yo?" dijo él de forma coqueta, entonces se paró, tomó la radio y dijo: "tráeme ropa a mí también JK". 

Comencé a menearme en negación, esto sonaba a lo que venía en una película pornográfica.

"Por favor, no me violes..." intenté decir a través de la mordaza.

"¿Violarte? ¿Yo?" dijo él, haciendo una expresión como de que había escuchado algo sorprendente. "La ropa es porque ya me llenaste mi Valentino de tus fluidos. No pienses nada raro"

¿Valentino? A decir verdad, su ropa sí lucía algo cara, pero no era mi culpa que él hubiese decidido hacer todo este acto y parafernalia. 

Agarró la navaja y se acercó a mí nuevamente. Cortó primero mi brassiere, exponiendo mis pechos. Yo cerré los ojos, estaba muy apenada. Después cortó mis panties.

"Dios mío, estás... uff" dijo él, admirando mi cuerpo, saboreándolo... pero sin tocarlo de más. Luego cortó las sogas, liberó mis manos, mis piernas... me dejó totalmente expuesta. Incluso removió la mordaza. Yo traté de cubrir mi cuerpo, pero él ya había visto todo.

"Jimin ya vio todo esto ¿qué diferencia hay entre él y yo?" dijo él, con un tono coqueto.

Yo me mantuve en silencio. "Él al menos parecía profesional" pensé.

"Párate y pon tus manos frente a ti" ordenó.

Yo hice como me indicó. Él me puso unas esposas, también me puso unas en los tobillos, pero la cadena era un poquito más larga, lo que me permitía caminar un poco con ellas.

"Siendo sincero, mi estilo es un poco vainilla a comparación de Tae, pero no me molestan las esposas"

"No sería mejor... ¿sin esposas? sería incómodo bañarme así" pregunté por mera curiosidad.

Suga soltó una carcajada que hizo un eco fuerte en aquél lugar.

"Ni en tus sueños me convencerías así tan fácilmente, tendrás que esforzarte un poco más, querida"

Hice una cara de puchero. No sé por qué traté de parecer linda frente a él...

"Linda, pero no tanto. Ve y báñate, quiero ver tu rutina de baño completita. No quiero que dejes ni un espacio sin enjabonar"

Yo me giré hacia una de las duchas, sabía que estaba viendo cada movimiento que yo hacía, me hacía sentir muy apenada, expuesta, ante un hombre completamente vestido.

Le di la espalda por completo, sentí que tal vez así no me sentiría tan apenada. Abrí las llaves y esperé a que el agua estuviese tibia y luego comencé con mi rutina normal, empezando por el shampoo y el acondicionador. El agua que caía escocía un poco en las heridas, pero era aguantable. Al enjabonar mi cuerpo, sabía que esta parte sería difícil y me ardería por las heridas expuestas, por lo que comencé con mi rostro, el cual no había recibido tanto daño; luego mi cuello, mis hombros... cuando tuve que lavar mis senos, batallé mucho... el ardor era insoportable.

"Karren, déjame ver cómo te enjabonas los senos. Pero ven, ponte aquí frente a mí y sóbatelos bien"

Lo miré perpleja, ya era suficiente saber que me estaba mirando para ahora esto.

"No soy una actriz porno para suplir tus necesidades" argumenté con firmeza.

"Preciosa, te recuerdo que la posición de autoridad la tengo yo, así que tienes que hacer lo que yo te ordeno o te puedo hacer aún más marcas en lugares que ni siquiera sabes que tienes"

Me quedé callada, era verdad. Me miró serio, esperando mi siguiente movimiento.

"Anda, ven"

Me acerqué.

"Me arde mucho mi cuerpo..." le traté de decir.

"¿Sí? te enseñaré lo que es ardor" aseveró, tomando entre sus manos un jabón y frotándolo en mi cuerpo ferozmente.

Comencé a gritar que me dolía pero no hizo caso. 

"Cállate" dijo con firmeza y me dio una cachetada. 

Me acorraló contra la pared de la regadera y siguió a frotando mi cuerpo con sus manos llenas de jabón. Me ardía, me escocía, pero de cierta manera me gustaba. Al principio me resistí, pero no pude negar que estaba comenzando a sentir placer. Estoy segura de que él también, pues su enorme miembro erecto lo delataba. Agarró mis senos y jugueteó con ellos: los apretaba como si fuesen play-doh y pinchaba mis pezones como si fueran palancas. Luego agarró mis nalgas y las azotó con su mano. Yo gritaba pero él se reía. 

"Veo que estás disfrutando demasiado este baño... ¿debería disfrutarlo yo también?"

Dos de sus dedos comenzaron a masajear mi clítoris alocadamente. Mi cuerpo comenzó a reaccionar solo y comencé a gemir como loca, por lo que me cubrió la boca de nuevo. Los sonidos que produje a través de su mano silenciadora hicieron eco por todo el baño, sentí una descarga de electricidad en mi cuerpo descomunal. Él lo disfrutaba también, su lengua saboreaba sus labios mientras me intentaba asesinar del placer. Intenté quitarlo de encima, era demasiado, sentía que me volvía loca, sin darme cuenta, estaba lamiendo su mano como si fuese un caramelo.

"Si sigues haciendo eso, solo lograrás que te meta mi verga en ese hocico tan exquisito" dijo él, tomándome del cuello. Los dedos que masajeaban mi clítoris pararon por un momento también, y comenzaron a desabrochar su pantalón.

"No... espera... tengo miedo" le dije difícilmente, tratando de quitar su mano de mi garganta.

No me escuchó y sacó su miembro frente a mí.

"Tómalo y mastúrbalo"

Lo miré y... a decir verdad, nunca había visto un pene en persona, pero estaba segura que estaba muy grande para mí. 

"Yo... nunca he hecho eso, tengo miedo"

Suga me miró desconcertado.

"Tú... ¿de verdad eres virgen?"

Paró en seco y me miró a los ojos.

"Lo siento" susurró.

Me quitó las manos de encima y guardó su miembro. Logré respirar nuevamente. Yo estaba muy apenada... yo... de alguna manera... quería seguir.

Suga puso sus manos en la pared, me besó la mejilla, luego mi cuello y al final me dejó un chupetón en la clavícula.

"Un recuerdito" dijo coquetamente y se quitó.

Mientras se alejaba de mí, logré observar a través de su ropa empapada, su six pack perfectamente marcado.

"Dejémoslo por hoy" comentó, sacando un par de llaves, las cuales lanzó hacia mis pies.

"Cuando termines, sal. Hay toallas y ropa".

Salió por la puerta y me dejó... una vez más, confundida por completo.




**Cherocu

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