Orange Bow Tie

lunes, 7 de marzo de 2016

Fantasías de una Eroticursi. Primera historia parte 5

Bueno, nada más qué decir. Enjoy!

Cuatro días habían pasado desde que Patricia había dejado su casa y el padre de ella se encontraba todavía devastado por su "partida". Por su parte, las cuatro hermanas de Patricia no sabían qué hacer con él y a la hora de la comida, Nara (la mayor de las hermanas) decidió tomar cartas sobre el asunto.

-No se ha bañado, no ha comido casi nada, no quiere ni siquiera levantarse de la cama... ¿Por qué tenía que irse esa mocosa?- preguntó al aire Nara, la hermana mayor.

Las otras tres restantes solo guardaron silencio, sin saber qué decir.

-¿De verdad no dijo nada antes de irse? ¿Ni una nota? ¿Una escupida?
-Nada, hermana. Cuando nos dimos cuenta, ella se estaba yendo con el hombre en una carreta y todo nuestro alcohol -Mari contestó, con la mirada desviada de los ojos de su hermana.
-¿Y no trataron de detenerla? ¡Dios!
-¿Cómo perseguir a alguien así? -cuestionó Mari, un poco molesta.
-Hay maneras. Además es muy posible que ese hombre la engañara y la convenciera o la amenazara... Hubieran llamado al alguacil!
-No trates de encubrirla Nara, esa mocosa era obvio que nos iba a traicionar algún día -Dijo Mari, con intención de quitarse la culpa.
-¡Pero era una niña! -gritó Nara, desesperada.
-¡Ya estás hablando como papá! No volverá y se acabó. Es imposible localizarla a estas alturas, ya escuchaste al alguacil -exclamó Mari finalmente.

Nara se quedó en silencio y optó por irse a meserear mientras que Mari y las otras dos hermanas se quedaron en la cocina.

-¿Y ustedes qué me miran?
-Nada, es solo que comprendemos un poco a Nara -contestó Sofía y acompañó a Nara.

Guille no contestó nada y se dimitió a lavar unos tarros de cerveza. Mari estaba bastante molesta. Y más que molesta, culpable.

Al poco tiempo de la discusión, Nara se encontraba entregando unas cervezas cuando avistó a un apuesto joven de cabello castaño y altura destacada entrando por las puertecillas de la cantina. Aquél hombre se llamaba Santiago y era el hijo del carnicero.

-¡Santi! -exclamó Nara con alegría y la exclamación logró tocar los oídos de Mari, la cual se asomó desde la cocina con los ojos brillantes al escuchar el nombre del hombre del que estaba enamorada.
-Hola Nara ¿Puedo hablar un momento contigo?
-Claro que sí ¿Qué sucede?
-Vamos afuera.
-Claro.

Mari se extrañó ante el evento, y salió de la cantina casi detrás de ellos, con tal de escuchar la plática.

-Necesito decirte algo que me dijo Bonnie y es acerca de Patricia.
-¿QUÉ? ¿QUÉ ES LO QUE SABES DE PAT--?
-¡¡Shh!! Cállate y escúchame con atención.

Los agudos oídos de Mari no pudieron evitar escuchar la plática y sudar frío, si se trataba de que habían encontrado a Patricia, estaba frita.

-Patricia no se fue con un hombre...
-¿Qué? ¿Cómo sabes--?
-¡Escúchame! Bonnie escuchó a tus hermanas hablar el otro día y hablaron acerca de que ella estaba--
-¡HOLAAA SANTIIII!- interrumpió Mari mientras corría hacia ellos. Tenía que detener el flujo de la información.
-Oh... Hola Mari -respondió él, con un rostro fastidiado.
-¿Qué hacen? ¿De qué hablan? -preguntó insistente Mari.
-De un asunto que no te incumbe, Mari ¿Puedes dejarnos solos? -contestó Nara molesta.
-¿Puedo escuchar? Parece algo importante -habló Mari una vez más, pero dirigiéndose únicamente a Santiago.
-Quédate, tal vez puedas confirmar lo que voy a decir -dijo Santiago, cínicamente.
-¡Muy bien! Gracias por dejarme escuchar Santi~- dijo por último Mari y lo abrazó de una manera empalagosa.
-Patricia está siendo vendida en el mercado negro-arrojó secamente Santiago, separándose bruscamente de Mari.
-¡¿QUÉ?! -gritó Nara, desorientada.
-Tú lo dijiste ¿No es así, Mari?

Mari se quedó tiesa y con los ojos abiertos como platos. Realmente lo dijo sin aminorar la información.

-¡¿Qué dices?! ¿De dónde sacaste eso?
-Bonnie me contó que escuchó eso salir de tu boca.
-¿Bonnie? ¿Tu sobrino de 7 años?
-Sí, él.
-¡Cómo vas a creerle a un niño! Yo solo dije que estaba preocupada por ella y que ojalá no la hayan secuestrado y vendido. Fue un comentario UN CO-MEN-TA-RIO.
-¿Es en realidad así?
-¡Por supuesto! ¿Cómo no me vas a creer a mí, cariño?

Santiago se quedó en silencio por un momento y no estaba seguro ya de creer ciegamente lo que dijo su primo, por lo que se dimitió a preguntarle directamente a Nara sobre ello.

-¿Qué opinas Nara?
-Tal vez Mari tenga razón... Digo, no sabemos si tu sobrino escuchó mal... es un niño y no comprende muchas cosas.
-Ya está. Buscaré solo.
-¿Qué? -preguntó Mari, sorprendida.
-¿Solo? Pero no sabes si lo que dijo tu sobrino...
-No es por desconfiar de ti, Nara, pero Bonnie me lo dijo muy cuidadosamente y apenas hasta hoy en la mañana. Si Patricia está en peligro allá afuera, yo quiero salvarla.
-¿Qué? ¿Pero por qué tan decidido? -preguntó Mari sorprendida y un poco molesta.
-Porque... sin ella... no puedo.
-No... ¿Puedes? -Nara cuestionó, a sabiendas de lo que venía después.
-¡No puedo vivir sin ella! Maldita sea, sea un buen hombre o un secuestrador, sean riquezas o sea un amor apasionado lo que busque, estoy enamorado de ella y la encontraré cueste lo que cueste.

Mari estaba rabiando de coraje, el chico del que ella estaba enamorada babeaba por su hermana más odiada. No podría ser peor.

-¿Y yo qué?
-¿De qué? Tu debes haberla entregado a los lobos. De eso no tengo duda -expresó Santiago y comenzó a caminar -Adiós Nara, si deseas unirte a mi búsqueda, adelante.

Nara se quedó en silencio y Mari rabiando comenzó a balbucear cosas a sí misma.

Y así, la búsqueda de Santi comenzó.



-ChicaErotiCursi**

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