Orange Bow Tie

lunes, 24 de agosto de 2015

Fantasías de una Eroticursi. Primera historia parte 2

Continuación... Enjoy!

-¡Ya llegó el capitán! -exclamó enérgicamente un joven al avistar los caballos de su líder y sus compañeros acercarse al punto de reunión.

Dicho eso, alrededor de 8 personas salieron del campamento y recibieron con gusto a sus semejantes.

-¿Cómo le fue, capitán? -preguntó uno de los hombres que salieron de la casa de campaña al más joven de los recién llegados.
-No conseguimos el dinero, pero trajimos alcohol y una esclava para vender.
-¡Eh, qué bien! Hay que celebrar por la victoria, capitán.
-Sí, dile a Dago y a los otros que te den el alcohol -dijo el joven mientras se bajaba del caballo y revelaba a una mujer que tenía la cabeza cubierta por una bolsa de tela.
-¡Ohh! ¿Es la esclava?
-Sí.
- ¡Qué buenos genes! ¡Una ricura ese cuerpo! ¿Cuánto me cobra por tirármela?
-No vamos a usarla nosotros, sino no podremos venderla a buen precio.
-Oh, entendido capitán -dijo el hombrecillo, decepcionado.

Aquél joven al que todos llamaban capitán portaba el nombre de Fabián, y era el segundo hombre más joven del grupo, sin embargo, era el más inteligente, hábil y frívolo de todos, lo que lo hacía ser un líder excepcional para aquél grupo de bandidos que se hacían llamar "Los demonios negros".

Fabián condujo a la mujer de rostro cubierto hasta su casa de acampar, la arrojó sobre una de las cobijas que estaban en el suelo y le amarró los tobillos para que no se moviera de su lugar. Después de ello salió de la casa de acampar y se dispuso a tomar con sus subordinados.

Dos horas pasaron desde que comenzaron a tomar y los bandidos estaban tan ebrios que las palabras no les salían como querían. "Creo que ya estoy muy ebrio" pensó Fabián y se dirigió tambaleante hasta la casa de acampar que había dejado olvidada.

Cuando entró y se tiró como bulto sobre las cobijas, su rostro tocó algo suave y cálido. "¿Qué es esto? Es... muy suave, como una almohada"; Fabián comenzó a apretar levemente el objeto desconocido, pero sin llegar a una conclusión de lo que podría ser. "Oh, hay algo un poco más duro aquí... como un pivote" pensó y pellizcó con fuerza la parte más sólida del objeto desconocido...

-¡¡¡¡MMMMMPHHHH MMOOOOOPPPPHHHH MMMMMMMPPPPPHHHHHH!!!!!

-¿¡QUÉ MIERDA!? -gritó Fabián, sorprendido.

En ese momento recordó lo que era ese objeto suave: eran los senos de la mujer a la que había secuestrado horas antes, la cual estaba ahora retorciéndose bruscamente.

-Olvidaba que estabas aquí -comenzó Fabián, frotándose la cabeza -Lo siento preciosa, no sabía que eran tus tetas. Están muy suaves, por cierto -concluyó cínicamente.

-¡¡MMMMPHHH MMMMM MMMMMPPPHHH!!
-Ya no te agites, fue un error. Ando muy ebrio -trató de decir Fabián para calmarla.
-¡Mmmmphhh! ¡Mmmmphhh! -trató de decir la mujer, fallidamente.
-¿Quieres que te quite eso? -preguntó Fabián.
-Mhm Mhm -asintió la joven.

Fabián removió la bolsa de tela y su mordaza, la cual estaba empapada de saliva.

-¡Bleh! ¡¿Tenías que dejarme eso puesto?! Me estaba ahogando.
-¿Lo siento?
-Arrghh qué horrible sabor ¿Dónde metiste ese trapo? ¿Tenías que meterlo en mi boca? ¡Apestas a alcohol! ¿Por qué todos los hombres tienen que ser unos ebrios? Ugh qué incómodo, quitame las cuerdas también ¿sí?
-¿Puedes dejar de quejarte? Quiero dormir.
-¡Pues quítame esto!
-Si no te callas, volveré a meter eso en tu boca.
-¡No seas así! Realmente es incómodo estar así.
-Te lo advierto, mujer. No me provoques.
-Pero...

La mujer le estaba colmando la paciencia a Fabián, de hecho ya estaba en su límite. Sosteniendo una navaja contra el cuello de la mujer, dijo las siguientes palabras:

-Mira maldita perra, si no dejas de ladrar, me encargaré de que las únicas cuerdas que sean removidas de tu cuerpo con esta navaja sean las bucales y ten por seguro que dejará una cicatriz muy hermosa en tu garganta. Es más, teme por tu vida -advirtió muy claramente Fabián antes de darle la espalda a ella y retirar la navaja de su cuello.

La mujer, aterrada, guardó silencio y también le dio la espalda, tratando de recobrar el sueño.

A la mañana siguiente, los rayos del sol iluminaban el campamento de los bandidos y despertaban a aquellos hombres que ahora sufrían de una cruda mortal: Fabián, entre ellos.

Al abrir sus ojos, percibió que los rayos del sol le molestaban más que de costumbre, tenía el cuerpo todavía entumido por el alcohol y la cabeza le dolía como si se la hubieran golpeado repetidamente con una tabla. Su boca todavía sabía a alcohol y eso le provocaba náuseas. "¿Cuánto tiempo tenía que no tomaba así...?" pensó, al mismo tiempo que miraba a un lado suyo; la mujer estaba dormida y tenía los ojos hinchados. "Debe haber llorado mucho anoche... Pero negocio es negocio" lamentó en su mente, al tiempo que levantaba su pesado cuerpo.

El amanecer era tan brillante que los ojos lastimaba, pero Fabián no podía darse el lujo de descansar a pesar de estar completamente crudo.

Al salir de su casa de acampar, se encontró con uno de sus subordinados, el cual estaba encargado de levantar a los demás y comenzó una charla con él.

-¡B-buenos días capitán! -exclamó el subordinado.
-Buenos días Goliath ¿Noticias de los demás?
-Casi todos se sienten mal ¿Quiere que los levante?
-Sólo necesito a Dago y a Bernie para planear nuestros siguientes movimientos.
-¡Sí, señor!
-Oh, y dile a Kiki que necesito una de esas pociones que hace para la cruda, me siento exhausto.
-¡Entendido!
-También dile a Mago que necesito que me consiga una información y que se reporte conmigo cuanto antes.
-¡Como usted diga!
-Ah, por cierto, dile a Checo que ayer a Nico se le rompió su espada, para que la repare.
-¿Algo más, señor?
-No, sólo eso. Regresaré a mi casa de campaña a dormir más.
-¡Por supuesto, descanse!

El capitán se había retirado, pero Goliath seguía sin procesar todo lo que se le había ordenado, es más, él podía jurar que el capitán seguía bastante ebrio.



-ChicaErotiCursi*

No hay comentarios:

Publicar un comentario