No more words. Enjoy!
Mientras tanto, en la casa del cantinero y sus hijas, el pánico no cundía. Ya eran alrededor de las 12 del día y el padre de las jóvenes apenas venía entrando por la puerta frontal de la cantina acompañado de Nara, la primera hija.
-¡Ya llegamos!-exclamó el padre con alegría.
-¡Bienvenidos! -respondieron las tres hermanas que se encontraban sentadas en una de las mesas cerca de la barra.
-¿Cómo están mis pequeñas? ¿Extrañaron mi presencia? -preguntó el padre soltando una carcajada.
-Claro que sí, padre. Lo hemos estado esperando toda la mañana -contestó Mari de forma cortés.
-¿Trajiste regalos, papá? -preguntó Guille esperanzada.
-¡Por supuesto! Traigo cosas para las cuatro pequeñas que dejé aquí... -comenzó a decir el padre, pero algo le resultó extraño y no dudó en preguntar- ¿Dónde está Patricia?
El silencio invadió la ya vacía cantina. Las tres hermanas que hace un momento se encontraban sonrientes de recibir a su padre, se miraron entre ellas con expresiones de incertidumbre y el padre empezó a perder la paciencia.
-Lo voy a preguntar de nuevo ¿Dónde está Patricia?
-Padre yo... yo...- comenzó Mari, titubeando.
-¿Tú qué?
-Padre, tranquilo. Deja que Mari hable -dijo Nara, la primera hija, tratando de calmar las cosas.
-¡Patricia siempre viene a recibirme! ¿Es que está enferma? ¡Sólo estoy preocupado! -exclamó de nuevo el padre, no sólo irritado, sino consternado.
-¡PATRICIA SE FUE CON UN HOMBRE Y SE LLEVÓ TODO EL ALCOHOL! -gritó sin escrúpulos Mari, queriéndose limpiar la conciencia.
-¡¿QUÉEEEEEE?! -todas exclamaron, sorprendidas.
El padre de las jóvenes no tuvo palabras para responder ante aquel impactante acontecimiento y comenzó a hiperventilar. Nara, tomando responsabilidad de la salud de su ya viejo padre, se lo llevó de la escena inmediatamente y lo recostó en una cama. A puerta cerrada, las tres restantes se miraron las unas a las otras.
-Pa---papá... e--estoy preocupada por él... -dijo temblando Guille, casi a punto de agarrarse a llorar.
-Guille, tranquila, él estará bien... Nara está con él y ella sabe bien qué hacer -comenzó Sofía, pero luego cambió su tono de voz -Por otra parte MARÍA, ¡¿QUÉ TE SUCEDE?!
-N--no sé, de verdad que no sé... ¡fue un impulso! -contestó Mari, confundida ante toda la situación.
-¡Fue un impulso de lo más estúpido! Tú bien sabes que no fue así...
-Pero ¿Y si dejamos que sea así? Ya lo hecho, hecho está y...
-¿Y qué? ¿Vas a dejar que nuestro padre se infarte por una mentira? Dile que traicionaste a Patricia.
-¿Yo? ¿Yo sola? ¡Tú no hiciste nada para impedirlo!
-Eso...
-¿Ves? Además, no es una mentira que se fue con un hombre y se llevaron todo el alcohol.
-Pero tampoco es la verdad- expresó Guille, seria y mirando hacia el suelo.
-Los detalles están de más. Si le decimos a mi padre que Patricia está todavía por ahí siendo vendida en el mercado, la va a buscar por tierra y por mar. Es capaz de volverse loco buscándola. Ninguna quiere ver a nuestro padre desviviéndose ¿O sí? Lo hecho, hecho está y Patricia está muy lejos de volver a nuestro lado. Lo mejor será apoyar a nuestro padre y olvidarnos de la existencia de Patricia.
Sofía y Guille se quedaron en silencio, sabían que no podían competir contra el razonamiento de Mari, pero la última no contaba con que alguien estaba escuchando la conversación que ellas estaban teniendo.
-ChicaErotiCursi*
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