Tiempo sin echarle ganitas a una rica historia que se había quedado inconclusa y que de verdad tenía ganas de escribir. Enjoy!
No sé si exageré, pero furioso azoté la puerta de la entrada tras de mí sin pensarlo. Los siguientes dos días no fui a ver a Denisse, no le llamé ni me buscó; cada que intentaba mirar hacia su casa... tan solo recordarla... mis piernas temblaban, mi pulso se aceleraba y no podía evitar sentir un agujero en el estómago. Realmente me estaba confundiendo, no era normal esto al rememorarla.
En la mañana del tercer día de no verla, he pasado por abrir mi facebook e inmediatamente se ha abierto una ventana del chat. Era Denisse:
-Perdón por lo del otro día. No has venido a tus clases ¿Estás bien?
Mi corazón saltó de sorpresa, no me imaginaba que la sadista más grande del universo se fuese a disculpar conmigo. Debe tener algo entre garras o algo. Decidí no contestar y charlar con otras chicas. Invité a una al cine, aprovechando que ya mis clases de recuperación parecían haber acabado e hice planes con mis amigos en la noche. Había pasado una hora y Denisse no parecía haberse percatado de que no le había contestado o simplemente no le importó, no entiendo cómo es que yo checaba la conversación cada 5 minutos esperando a que me dijera algo, a pesar de que yo no le dije nada. Pasó otra media hora, ella seguía online y yo estaba a punto de cerrar la sesión cuando me escribió:
-Ya vi que lo viste. Cateto y capullo, muy bien. Te puedes joder si quieres.
"¿Qué le sucede? ¿Cateto?" pensé, pues pudiese estar preocupada por mí o simplemente por su pequeño "secreto". No me importaba mucho eso, pero ahora sí me había ofendido, así que decidí contestarle como el estúpido que puedo ser.
-Mejor me jodo a una chica, de todas maneras soy un cateto y me has despachado las tardes nuevamente.
Denisse no tardó ni segundos en responder. De inmediato ya tenía otro mensaje, no pude evitar imaginar su cara de rabia cuando lo leí:
-Ojalá te dé gonorrea por follar tanto y te saquen de la escuela por diagnóstico de alguna deficiencia mental.
Poco entendí lo primero, pero lo segundo me dejó boquiabierto. Aunque ella se había equivocado, creo que me había pasado con lo de "joderme a una chica" y con la culpa del mundo, traté de remediarlo.
-Lo dije de broma Denisse, no quería que te enojaras.
No contestó más. Lo vio y se desconectó.
Las siguientes dos horas me sentí una mierda por primero no haber respondido y después sacar una estupidez. Decidí que era hora de ir a su casa a disculparme yo también. El agujero en el estómago todavía lo podía sentir, pero me armé de valor y toqué su puerta. Al abrir, sus ojos se abrieron como platos y se quedó callada.
-Perdón- expresé entre dientes y mirada baja.
No contestó nada. Dejó la puerta abierta y caminó hacia su habitación: supuse que debía entrar por la puerta, así que la cerré tras de mí y la seguí. Cuando ambos estábamos dentro, Denisse sacó una caja de su armario y me la entregó.
-Esto es lo que uso.
"¿Lo que usa?" me pregunté a mí mismo y abrí la caja. Eran muchos juguetes sexuales, entre los cuales habían cuerdas, mordazas, un par de esposas, cinta adhesiva transparente y negra e incluso un vibrador a control remoto. Me había quedado perplejo, sentí mi cara caliente, era obvio que estaba sonrojado y la miré, ella también estaba así. Antes de poder sacar algo de la caja, ella me la quitó y la puso sobre la cama cerrada.
-¿Querías ver algo no? Tómalo como una disculpa por lo del otro día.
-Está bien, no era... necesario.
El silencio era meramente incómodo, pero me hizo percatarme de que ella otra vez no estaba usando sus ropas extrañas, sino un short de mezclilla y un top blanco.
-No eres un chaquetas...
-Ya lo sé.
-¿Quieres estudiar otra vez conmigo?
Lo pensé un momento, mi boca contuvo una carcajada y tomó una forma retorcida, sentí que estaba pidiendo que regresáramos a ser "novios" o algo; fue casi tan incómodo como el diálogo con mi ex la semana pasada... y aunque quisiera "volver", decliné la oferta... ambas ofertas.
-Mejor lo haré solo. Te he estado causando molestias.
-En absoluto, me da algo que hacer y produce dinero extra. Si esa es tu decisión, no hay porqué cambiarla. Ve y folla por ahí.
-Lo dices como si lo hiciera siempre ¿Celosa?
-¿Quién? Ya mejor ve a tu casa, estoy ocupada.
-¿Bondage?
-¡Já!
Pasó de mí y se dirigió directamente a la puerta de la entrada de su casa. La abrió y me dijo:
-Lo que sepas de mí, se queda aquí, entre nosotros.
-Está bien Deni, te veo luego.
-Es Denisse, hasta luego.
Cerró la puerta una vez que salí de su casa y me dirigí a la mía. Me pasé el resto del día acostado en mi cama pensando en ella. El sentimiento de vacío no cesó.
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