Orange Bow Tie

lunes, 1 de mayo de 2017

Renacer ~Parte 0~

La lluvia que caía sobre su rostro lavaba su maquillaje exagerado, borraba su sonrisa, cerraba sus ojos... desvanecía su vida con cada gota ¿Era así como teníamos que terminar?

La sostuve en mis brazos hasta que ella dio su último respiro, se veía tan hermosa, tan tranquila, como si estuviese dormida... nunca hubiera imaginado ver de nuevo tanta paz en su rostro, pero desgraciadamente no era de la manera en que yo hubiese deseado ver esa paz.

Durmiendo uno al lado del otro, así... así debía ser. Cada noche observar sus dulces ojos cerrados y párpados de los que brotarían unas largas y curvadas pestañas, las cuales harían contraste con algunos cabellos que se interpondrían en la completa apreciación de la belleza de su suave rostro y cubrirían una parte de sus labios rosas entreabiertos. Tal y como en este momento... pero sin este dolor incesante en mi pecho y la muerte inminente observándonos desde muy cerca.

En este momento comencé a anhelar volverla a ver viva, tan llena de vida como una niña pequeña, danzando entre las flores, corriendo por las calles empedradas de los alrededores del castillo, cantando al lavar ropa y sonriendo cuando me viera llegar trayéndole flores a la casa; comiendo juntos en la misma mesa e intercambiando sonrisas a cada que cruzáramos miradas... todo eso y más.
Pero ella ya no estaba viva, ni ahora ni antes. Desde nuestro primer reencuentro ya estaba muerta, la soledad que ella experimentaba ya se había llevado todo y yo... yo solo le di el tiro de gracia.

La esperanza que yo tenía de volver a cuando éramos apenas unos niños ha terminado con nuestra oportunidad de empezar desde cero, de volver a estar juntos... de vivir.

Ahora ¿Por qué si ya está muerta, la sangre sigue brotando? Quiero que se detenga... este enorme charco rojo sigue creciendo como el dolor que no sólo en mi pecho siento, sino... en mi abdomen... ah, apenas me he percatado ¡esta sangre no es solo de ella! esta proviene del lugar donde sus cuchillos atravesaron mi cuerpo. "¡Gracias, gracias por haberme herido de muerte también, porque quiero acompañarte!" he exclamado al cielo.

Mis músculos ya no reaccionan... finalmente, estamos más cerca, mi cadáver yace encima del suyo, la lluvia sigue cayendo y yo, yo solo termino cerrando mis ojos.

Qué dicha... por fin estaremos juntos en el más allá. Quiero... renacer a tu lado una vez más, mi amado reflejo, mi hermana gemela.

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