Orange Bow Tie

sábado, 7 de marzo de 2015

Conversaciones nocturnas con Fabián. Parte 1

En ésta siguiente edición de "Sucesos que me gusta recordar" les entrego una inédita en bandeja de plata, pues, tengo este problemón enorme en el que me he metido y para acabarla de joder, no puedo hablar con el famosísimo con el que cometí el error. Es por eso que escribí esta conversación ficticia con él, usando los nombres de mis protas favoritos: Fabián y Patricia. Enjoy(?)
Buenas madrugadas queridos lectores, hoy les habla su protagonista favorita Patricia Torres para darles un informe a detalle de una conversación común y corriente con Fabián (bueno, tal vez no tan común y corriente...).

Patricia (P): Hola Fabián.
Fabián (F): Hola Patty.
P: ¿No es una sorpresa que nos encontremos en un momento como este?
F: ¿Por qué lo dices?
P: Pues, resulta que tengo una situación muy seria.
F: ¿Seria? ¿Podrías decirme de qué estás hablando?
P: Mira, para ser más sinceros e ir directito al grano, te haré una confesión.
F: ¿Confesión?
P: Sí, una confesión.
F: Suena importante. Venga, dime.
P: Creo… que me gustas.
F: ¿Qué?
P: Después de lo de anoche… ¡me gustas hombre!
F: No sé qué responder a eso Patty. ¿Sería una mentira decirte que me siento de igual manera contigo?
P: ¿Por qué sería una mentira?
F: Bueno, pues no estoy seguro de lo que siento todavía. Hasta ayer éramos amigos y ahora… tuvimos relaciones sexuales.
P: Sí, y como viles animales en celo. En realidad me quedé con ganas.
F: ¿Tú también?
P: Te diré.
F: Eso se puede solucionar, ja ja ja.
P: ¡No bromees!
F: ¡Lo digo en serio, Patty!
P: ¡Eso no lo dudo! Pero, estoy avergonzada. No creí poderte decir esto nunca a la cara.
F: Y bueno ¿Qué se supone que debo hacer con esto que me acabas de decir?
P: Técnicamente, haz lo que se te plazca, pequeño.
F: Pues no tengo idea de qué hacer. ¿Qué quieres hacer tú?
P: ¿Es que tengo que elegir yo?
F: Pues, tu eres la que comenzó esto en un principio.
P: Ah, ahora yo soy la responsable de todo el daño ¡Vaya, mira la hora que es! Me tengo que ir.
F: Ah mira, que conveniente es ese reloj de muñeca invisible.
P: Me dice la hora que quiero ver, es así como funciona. Es el reloj de más alta alcurnia y su precio es economiquísimo, te puedes olvidar de checar el celular, te puedes olvidar de los retardos y, por supuesto, puedes huir de situaciones incómodas como esta. Tienes la hora que quieras en la palma de tu mano, me forma más literal, en la muñeca.
F: ¿Enserio? Ya me estoy comprando uno, eh.
P: No lo pienses dos veces, je je. Pero no estamos aquí para hablar del reloj invisible, sino de nosotros ¿Verdad?
F: Estás en lo correcto. Continua.
P: ¿Qué diablos pensabas al tener sexo conmigo?
F: ¡Directa!
P: Es así como funciona. Contesta.
F: No lo sé, era obvio que querías tener relaciones sexuales conmigo. Meter a un chico a tu habitación y todo eso… hablarme de tu novio con lágrimas en los ojos. Algo tenía que hacerse.
P: ¿Tan simple como eso? Qué diablos…
F: Lo siento, hice mal.
P: No, está bien. Yo me lo busqué, como dices antes pero… ahora ya no sé qué hacer. Estoy en esta situación en que mañana veré a mi novio y mira ¿con qué diablos lo voy a encarar?
F: Con la misma cara con la que me veías al tener sexo.
P: Eso no me ayuda, baka* Fabián.
F: Pues es la verdad ¿Qué quieres que te diga? ¿Mentiras bonitas?
P: Me harían sentir menos mal.
F: Pero no es lo que se tiene que hacer, tú cometiste un error y tienes que enmendarlo con aquél que está involucrado.
P: ¿Y arriesgarme a que me entierre un cuchillo en el pecho? ¡Estás pero si bien mal!
F: Bueno, no vas a contarle todo, pero tienes que enfrentarlo.
P: Qué daño… qué difícil, maldita sea.
F: Además, no es como si yo no fuera a recibir parte del pastel asesino.
P: Eso sí, ya te veré escondiéndote como fugitivo de la ley.
F: Ja ja ja. Entonces ¿Qué harás?
P: Esconderme en un hoyo el resto de mi vida.
F: Eso está mal, tienes que ser sincera.
P: ¿Quién eres tú para darme lecciones de cómo hacer las cosas bien? Si tan solo hubieras hecho lo mismo que Aranda ese día… nada de esto estuviera pasando.
F: ¿Aranda?
P: No es importante ahora, simplemente fue una persona que se negó a hacer algo conmigo porque estaba ebria. Ahora lo comprendo todo, y le agradezco de corazón.
F: ¿Es así? Bueno, pues al menos aprendiste algo de esto.
P: Eso no quita que lo hicimos sin condón.
F: Ahí vas.
P: ¿Qué tal si salgo embarazada? ¡Tendré que abortarlo!
F: Peligroso.
P: ¿Qué más puedo hacer? No voy a tener un hijo tuyo.
F: Siempre podemos intentar hacer algo ¿No vas a terminar a tu novio?
P: ¿Del lado de quién estás?
F: Del mío, por supuesto.
P: No me estás ayudando.
F: Bueno, entonces ¿Qué quieres que diga?
P: Mentiras bonitas, pedazo de carne envuelto en piel.
F: ¡Agresiva! Desde ayer, decías puras incoherencias y además me insultabas. Nada linda.
P: Es mi forma de decir que me gustas, pero también de autosabotearme.
F: Qué manera más peligrosa.
P: Pues, es como soy. Una tsundere*.
F: ¿Qué es eso?
P: Algo que no importa. ¿Qué voy a hacer, Fabiáaaaan?
F: Pues ¿Qué quieres que te diga?
P: Nada, no lo sé, sólo se tú.
F: Pues es que yo tampoco sé qué deberías hacer. Es tu problema, no mío.
P: Te iba a preguntar que de qué lado estabas, pero recordé que estás del tuyo. No me ayudas, hombre. Hubiera mínimo tenido relaciones sexuales con uno de la fiesta.
F: No, porque pudiera haber sido peligroso.
P: ¿Peligroso? Tú eres el peligroso. Lo hicimos sin condón ¿Qué tal si salgo embarazada? Me besaste primero. Me tocaste… tú eres el culpable de todas mis desgracias, infame ser.
F: Patricia…
P: ¡Estoy avergonzada! Contigo, conmigo, con mi novio… Mejor me voy a suicidar.
F: No digas eso, por un motivo tan pequeño…
P: ¿Pequeño? Soy una pecadora. Es motivo suficiente. ¿Tendría derecho a decirlo si fuese un motivo más grande?
F: No, en ningún momento deberías pensar en hacer algo como eso, pero ¿Vas a hablar de pecados?
P: Sí, porque a pesar de haber perdido la religión, los pecados siguen existiendo, los introyectos y mi superyó castigador. Todo sigue ahí, atormentándome cada segundo que paso viva.
F: …
P: Estoy en lo más profundo del hoyo. Estoy muertísima. Estoy… asustada. Realmente estoy asustada, tengo miedo de mí, de él, de ti y de toda esta situación.
F: No te sientas asustada, estoy aquí.
P: ¿Cómo te atreves a decirme eso cuando sólo estás de tu propio lado? Estoy asustada a muerte, verdaderamente. Tanto que podría esconderme debajo de una mesa enrollada en una cobija temblando.
F: No estoy sólo de mi propio lado, pero no puedo estar involucrándome más contigo de lo que lo estoy haciendo ahora. ¿Ya perdonaste a tu novio?
P: Sí, eso es lo peor… y la que no tiene perdón soy yo.
F: …
...
...
P: Ahora sí ya me voy, y no fue el reloj invisible el que me lo dijo. Buenas noches, Fabián.
F: Buenas noches, Patty.


-ChicaErotiCursi*

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